Flacas pataletas acompañaron a histéricos griteríos de quienes fueron por decenas de años madres y padres de la patria. Entre humedecidos balbuceos profirieron variados agravios. La gente inteligente quedose estupefacta al escuchar semejantes barbaridades. Con voz alzada, una histérica mujer, dijo que está allí, en el palacio legislativo, por su propia plata, tratando de hacer entender que ella estaba exenta en el juego de la mafiosa empresa. Que, además, representa honrosamente a su departamento que la eligió. Alguien de soslayo escucha y piensa “cómo nos podría representar una mujer de limitada oratoria, que hace unos meses estaba buscando certificado de estudios primarios, que hace agrias críticas homofóbicas con los hermanos venezolanos”. En otro pasaje, el ex presidente del Congreso, quien se resiste reconocer que ahora ya no es presidente, hace máximos esfuerzos por elegir a su primo como miembro de una institución rectora de la Constitución. Los antiguos residentes del Congreso, con dos décadas ininterrumpidas, enseñoreados de su aureola de pedantería, emiten “contundentes” opiniones, como la hacían siempre, aunque aquella densa y fútil palabrería solo sirve para abonar su grueso egoísmo.
La mayoría de la gente, humilde y displicente, solo atina escuchar el desequilibrado parlar de ésta nefasta casta, que vivía ensimismada en su embrujada burbuja, que desoía el grito desesperado del pueblo. Ésta significativa mayoría aplaudía la decisión y a las calles salió en su afán de expresar su digno contento. Más vale tarde que nunca, al fin, las mentes normales podrán vivir en paz, después de haber transcurrido años de densa propalación de constante corrupción. A nadie en su sano juicio, podría caber, que quienes impartían justicia, actuarían utilizando las instituciones del Estado para proveerse de fácil dinero mal habido, aunque decía la linda abuelita, que el shapingo (diablo) lo lleva fácil. El enriquecimiento económico de éstas bandas, se hacía por los negociados de la justicia con muchos incautos compatriotas y por las jugosas remuneraciones que percibían de los fondos del pueblo.
La banda fue tan grande, que no solo se copaba el abultado e inútil parlamento, también en la institución de justicia y se pretendía alcanzar a la entidad rectora de la Constitución. Si fue una banda, que no concertaba cosas lícitas para quienes les pagaban, brindaba todo su esfuerzo mental y expulsaba solo odio de su petrificado corazón, para actuar en favor de su denostado grupo, en contra de quienes en algún momento han confiado en ellos dándoles su respaldo con su voto electoral.
La población, ajena a la enquistada corrupción, pensaba en lejana esperanza, de que, en algún momento, ésta banda, dilatara su marchito corazón, para procurar entender que el camino de la bondad les sería de mayor provecho, no solo para ellos, que tanto lo necesitaban, también para sus familias y la comunidad. Fueron muchas las voces, que llegaban a sus oídos, alertándoles que abran sus panoramas de vida, para escuchar al pueblo, para dejar de actuar con maldad. Nada, las voces populares no fueron escuchadas, a pesar que el principal adalid los advirtiera en varias oportunidades. Tanto fue el encierro en su yo personal y grupal, que cada vez su membrana capsular se iba engrosando, y las reiteradas llamaradas de todo el mundo se diluían en el espacio abierto de la indiferencia. En cambio, para quienes otean escenarios más allá de humildes humanos, aquellos infaustos comportamientos, correspondían a quienes llevaban en su ser, sequedad espiritual, hambruna intelectual, carencia de oportunidades de conocer la plena magnanimidad humana, cuando los dioses mundanos como el dinero, los caprichos, la soberbia, son tratados acordes a su dimensión. La persona es más que superfluos deseos pasajeros, porque reconoce la grandeza del único Creador. Se desconoce el origen del pensamiento humano, cuando advierte el avance tecnológico, tanto se satura en soberbia, que se aleja de Dios como tonta autómata. Más es el conocimiento tecnológico, entonces más cerca debemos estar de Dios. Marcada evidencia aflora cuando la pequeña tierra y el inmenso océano se inundan de desechos plásticos. Cuando, por nuestros actos de deforestaciones desmedidas, perdemos muchas quebradas y riachuelos, se pierden si retorno animales silvestres que vivían en éstas casas ecológicas, disminuimos grandes cantidades de oxígenos que nosotros mismo respiramos, carecemos de recursos medicinales, maderas, perdemos el riquísimo recurso suelo.
Entonces, los niños y jóvenes actuales, no deben seguir éstos ejemplos negativos, de quienes, teniendo la oportunidad de hacer el bien, empleando adecuadamente sus cargos, hicieron el mal por todos los medios, contraviniendo los intereses del país. Éstos ejemplos negativos de hacer el mal, deben ser sepultados para siempre, y que el pueblo tenga presente, que solo es bueno hacer el bien a los demás.