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viernes, marzo 29, 2024

No me digas mentiritas

Siempre existe ese juego previo para relajar tensiones y entrar en confianza. Los pequeños detalles siempre son importantes, una vez que te endulza, ya no hay manera de escapar de sus redes.

El coqueteo no solo es propio de las relaciones de pareja, es también el ingrediente esencial para aquellos personajes con ansias de poder, con deseos enfermizos por ser Presidente, Ministros, Gobernadores, Alcaldes o Congresistas de la República, aquellos que ahora están extinguidos.

Al igual que en los amantes debutantes o expertos, en política hay que tener la habilidad de poder mentir. La política y la mentira suelen caminar juntas y nunca se estorban.

El Perú tiene un legado sorprendente en política, la mentira es parte de esa corrupción que viene ensuciando a nuestro país por décadas, un claro ejemplo es que tenemos en la historia: un Presidente orador que se ha suicidado, el “cholo sagrado” detenido en Estados Unidos, “el chino” agonizando entre rejas, el “viejito bailarin PPK” con arresto domiciliario y Humala con su Nadine aún con investigaciones.

La sociedad es tan fácil de convencer, en campaña electoral se deja seducir por una cara bonita, regalos, canastas, llaveros, gorras y hasta un par de menús. Los candidatos en esa época siempre muestran una sonrisa fingida y engatusadora, nos dicen mentiras solamente con el objetivo de lograr un voto y a las finales lo logran, porque ganan las elecciones y la población consigue tener representantes mentirosos y corruptos.

¿Merecemos a nuestros representantes? Hace unos días me avergonzó tanto que una ex congresista “chavetera” protagonizara un espectáculo en el congreso, no solo insultando y teniendo frases xenofóbicas, sino también reafirmando que por lo único que estaba peleando es por su plata y es comprensible, porque debe ser bastante rico ganar miles de miles sin hacer nada. Me dio vergüenza que esa mujer sea sanmartinense y que con orgullo diga que esta región la ha elegido, cuando en realidad nadie le quiere.
Esta es nuestra realidad, nos merecemos lo que tenemos, porque simplemente no sabemos elegir a conciencia.

El político miente como podemos mentir todos, lo que ocurre es que la mentira política tiene efectos más devastadores, porque se miente a toda una sociedad que ha elegido democráticamente y las consecuencias la paga esa misma sociedad.

Sin embargo, la mentira política es como noticia publicada en un periódico, lo que se dice hoy se puede corregir en la edición de mañana y si la mentira o falsedad no se puede disimular, se publica una fe de erratas y aquí no ha pasado nada. Es por eso que los politiqueros suelen embarrarla y después limpiar su suciedad.

Un mentiroso en política hace un daño gravísimo. Cuando un político niega la evidencia pierde credibilidad y es repudiado, pero en realidad eso es lo menos que le importa, con tal de amasar dinero y seguir teniendo poder. Sin embargo, a veces los sueños se cumplen, como es el caso de la disolución del congreso, esta vez lo que dijo Vizcarrita no fue mentira, fue una realidad y todo un país lo aplaude, porque simplemente estamos cansados de tanta basura.

El Perú está con una indigestión por toda la corrupción que se ha visto destapada en estos días, un circo congresal que por fin llegó a su fin.

Hay desconfianza política y no es que “todos sean malos”, pero cuando hablamos de multitud, todos entrar dentro del mismo saco y el pueblo sufre ante una desestabilidad política que nos pone en la cuerda floja y que traerá consecuencias dramáticas en el país.

Seguimos y seguiremos por muchos años más en la búsqueda de la respuesta. Es necesario evaluar el nivel cognitivo, cultural y psicológico en el que están aquellos candidatos quienes se disputan como representantes de nuestra región. Este 26 de enero debemos elegir a conciencia, es la oportunidad de tener un cambio en el país.

Hay que poner un límite a la mentira política, porque: “Es posible engañar a unos pocos todo el tiempo. Es posible engañar a todos un tiempo. Pero no es posible engañar a todos todo el tiempo”.

Por eso…No me digas mentiritas…

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