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jueves, abril 25, 2024

Las cartas que nunca tuvieron respuesta

Hace muchos años publiqué en el diario AHORA un artículo dedicado a Roberto Goyzueta, el migrante cubano quien, al abandonar Cuba cuando Fidel Castro tomó el poder, continuó sus labores en la sede central de la empresa Coca-Cola, en Atlanta, Estados Unidos, donde alcanzó el más alto cargo ejecutivo. Celebré y reconocí la buena actitud de Goyzueta pues él se daba tiempo para personalmente contestar las cartas que le dirigían los clientes. Como es obvio, lo que hacía era inusual, más aun siendo el máximo ejecutivo de la poderosa multinacional.

Cuando dejé la gerencia del Fondo de Desarrollo Agrario (FONDEAGRO), dirigí cartas a todas las autoridades, proponiendo iniciativas para el desarrollo de la ciudad, de la región, del país y del mundo. De las más de doscientas cartas que escribí solo dos autoridades me contestaron: Cayo Silva García, ya desaparecido, entonces alcalde de Picota y el Ing. Max Henry Ramírez García, presidente del Gobierno Regional de San Martín; ambos, de gestiones apristas y a quienes en su momento les expresé mi reconocimiento, porque nobleza obliga.

Posiblemente no sea culpa de los altos “caperuchos” que circunstancialmente llegan a esos altos puestos. Me consta que mucha gente de los entornos bloquea las propuestas de los ciudadanos, pues sus escasas capacidades no les permiten mirar más allá de sus limitaciones. Las respuestas casi generales de estos individuos se expresa con esta frase: “Esto no es así. El número uno no va a querer”. Cuatro años después nos encontramos con esos ´ex número uno´ caminando cabizbajos y a escondidas porque sus desempeños no fueron ni siquiera mediocres, que ya sería alguito. Solo Yohny Lescano Ancieta recogió mi propuesta y lo expuso en una entrevista en América Televisión, aunque no tuvo la honestidad en mencionarme.

Los gobiernos regionales y los gobiernos locales deberían tener un equipo que lea los diarios, las revistas y las cartas que les llegan con ideas innovadoras. Para una entidad municipal le preparé una directiva en donde señalé la obligación de que la primera media hora de la jornada laboral lean los medios. Pero la gente no se anima a hacer esto porque le tiene terror a romper esquemas. Y los más formalistas son aquellos que no aportan en el trabajo ni para la sal. Por eso, mi reconocimiento eterno al abogado Wilian Alberto Ríos Trigozo y a la profesora Consuelo Rivero Ruíz, de la Asociación de Municipalidades de la Región San Martín, que publicaban en el mural de la AMRESAM mis artículos donde tocaba temas del desarrollo local. Nuevamente, nobleza obliga.

Sería genial que los gobiernos tengan un equipo de audaces para que fortalezcan sus gestiones y no funcionarios petacones que solo digan: “¡Así no es!”. Expresemos como César Vallejo: “Hay, hermanos, muchísimo qué hacer”, porque ya casi se fue el año y nuestros gobiernos locales solo estarían tocando la flauta; y lo peor: ni siquiera lo hacen bien. Por lo menos, aprendan a responder las cartas que les remiten. Si no lo hacen, no tendrán logros en sus vidas y terminarán sin pena ni gloria. Por ahí tenemos a ex gobernadores y a ex alcaldes que no tienen nada de que enorgullecerse. [Comunicando Bosque y Cultura].

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