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jueves, abril 25, 2024

Yo tengo un secreto

Las sábanas de la cama se quedan alborotadas, la ropa olvidada, el amor recostado y los orgasmos impregnados. Con la llegada de la primavera no solo las plantas florecen, sino también nuestro deseo se calienta por el sol.

Cuando el reloj avisa que la vida está pasando rápido, añoramos aquellas locuras de la juventud, la belleza de los años mozos y la ingenuidad del primer amor. De niña, cumplir años significaba emoción total, ya sea por los regalos, el pastel, la fiesta, pero… uno crece y todo cambia.

Me quedé un poco desilusionada, al llegar a la base 3, me hubiese gustado haber roto más reglas. Y sucede que, cumplí 30 años y jamás he saltado en paracaídas, no he realizado alpinismo, no corrí alguna ola haciendo surf, no me he perdido en un velero navegando en el mar y no sentí la adrenalina de estar dentro de un auto de carreras. Un segundo antes de soplar las 30 velas, sentí frustración, luego me abrazó tiernamente mi madre y sonó con amor un “Te amo” de mi esposo, entonces, recordé que no hice las cosas que soñaba, hice cosas mucho mejores.

He preferido leer libros hasta extasiarme. Disfruté tanta música que mis oídos puedan escuchar. He recibido tantos besos y abrazos como he deseado. He viajado a lugares realmente maravillosos, sigo estudiando y me relajo haciéndolo. Sobre todo, he escrito tanto como yo he querido y lo más rico es cuando un lector me dice que le encanta leer los artículos de Con Aroma a Café, con eso, me basta y sobra para ser feliz.

Hice muchas idioteces en mi vida y eso es una suerte. La realidad puede muchas veces resultar mejor que la fantasía. Pero, te das cuenta que ya no tienes 20, cuando algunas cosas han cambiado, como por ejemplo:

1. Esas juergas que empiezan el jueves y duran 3 días, son una realidad de la que empezarás a despedirte, dado que ahora te emborrachas con un pisco sour y te da sueño a medianoche. Lo único que sí dura 3 días, es la resaca.
2. El facebook se convirtió en desfile de bebes y cuesta no pensar ¿Yo para cuándo?
3. El mejor plan del fin de semana se reduce a disfrutar de un maratón de películas, comer y dormir siestas que se asemejen a un coma.
4. Te baja por lo menos una crisis existencial al mes, donde dudas absolutamente de todas las decisiones que has tomado en tu vida, desde tu carrera hasta el haber comprado papel higiénico doble hoja.
5. Entiendes que no hay amor más grande, que ese que no se espanta al conocerte en pijama y con el maquillaje de la noche anterior.
6. Atrás quedaron los berrinches de niña tonta, pues ahora hay cosas más importantes por qué hacer un lío, como por ejemplo, quedarse sin un sol a fin de mes.
7. Tu grupo de amigos no es gigante, uno porque los años te han permitido descubrir a las personas que realmente valen la pena y dos, porque te da un huevo de flojera conocer gente nueva.
8. Hay gente que no soportas, hay gente que no te soporta. El mundo sigue.
9. La pregunta: ¿En qué carajo me gasté 100 soles? empieza a hacerse recurrente.
10. Ahora cuesta bajar de peso y hasta el agua engorda…etc.

Y así aparece la frase de Pablo Neruda: “Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera.” En ese instante te recoges el cabello, te pones un par de tacones y el vestido olvidado en el armario. Sigues teniendo esa rica sensación de que lo bueno está aún por comenzar.

Debo confesar que, YO TENGO UN SECRETO: A veces en mi mente planeo conversaciones y encuentros que nunca se darán. Que me arrepiento por pelearme por tonterías. Que se detuvo mi corazón con el “¿Te puedo hacer una pregunta?”. Que suelo tener ataques de sinceridad y luego digo: “¿Para qué lo dije?” Debo confesar que prefiero estar loca y ser feliz que ser normal y amargada.

En fin…”La vida es una sola y vale la pena vivirla, después de todo no saldrás vivo de ella”
¡Ese es mi secreto!

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