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miércoles, abril 24, 2024

Radio Tropical sigue con nosotros

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Desde hace más de medio siglo los sanmartinenses comenzamos a vivir una nueva época para estar a tono con la modernidad, cuando un 02 de setiembre de 1961, en el dial de los receptores aparece Radio Tropical, como nueva señal de la radiotelefonía. La entonces, y todavía Ciudad de las Palmeras, se pone de igual a igual con el aún lejano Iquitos, donde Radio Atlántida, tan majestuosa como el Amazonas, irradiaba “sus tres poderosas ondas radiales, que cubren nítidamente la más grande región del Perú”. De Radio Atlántida, fundado por Julio Reátegui Burga, dueño también del famoso Bazar Moderno, que quedaba en el entonces Jirón Lima, hoy Prospero, y donde volví a encontrar a la bellísima Marilú Urresti, de quien vivíamos enamorados, cuando ella llegó a Chazuta en 1958. Pero esta es otra historia.

Radio Tropical fue el quiebre de una época. Fue el dejar los parlantes ubicados en sitios estratégicos de la ciudad para pasar a depender de las radios portátiles, mayormente de la marca Philips, que se vendía exclusivamente en la tienda de don Juan Pablo Mori, precisamente fundador de la nueva emisora, porque, según el slogan, “tarde o temprano su radio será un Philips”. Un cínico moderno diría: el negocio redondo. Se salió de una época en donde radiorreceptores solo tenían la gente que contaba con billete. Ahí estaban pues los Arévalo, del Águila, Vásquez, Reátegui, entre otros, que poseían esas famosas radios a tubos y que cuanto más pitucos se creían, sus aparatos eran más grandes.

Creo que no se ha rendido el homenaje justo a la familia Mori, por este proceso disruptivo, porque, como dije, Radio Tropical significa un antes y un después en nuestra historia. Tarapoto, especialmente, sale de su modorra y provincianismo y contribuye a fortalecer su cosmopolitismo ya vivido desde el siglo XIX. Radio Tropical nos globaliza, al principio localmente, porque gracias a sus ondas radiales llegamos a aprender que en el departamento de San Martín existían pueblos como Alao, Mamonaquihui, Machungo, Fausa Lamista. Simultáneamente, viene la globalización internacional, porque se la sintonizaba en Nueva York, a donde también llegaban los saludos de cumpleaños que era una secuencia vespertina de la joven emisora. Dejamos de escuchar las salidas desde Iquitos, de las motonaves que surcaban nuestros grandes ríos, para pasar a vivir los momentos de nuestra geografía.

Pero la existencia de una emisora se debe a las personas. Aquí entraban los locutores quienes, como alguna vez escribí, parecían seres de otra dimensión. Recordemos a José Vildoso Lack, quien se anunciaba como Pepe Vildoso, pucacho él, y que parecía ser de pocos amigos y serio enemigo del alcalde acciopopulista, contra quien creaba unos editoriales severísimos. Manuel Iwamoto Pacaya, quien usaba mucho la frase “y por ende” cuando leía sus editoriales en Actualidades del Medio Día. Juan Manuel Gonzales Inga. Recordamos también a Ramón Amaringo Gonzales, Heli Flores Lazo, Carlos Chú Ríos, el congompero Demóstenes Gonzales Grandez (quien hizo popular “Caminando por la selva”). No nos podemos olvidar de Ricardo Mori Cavero, quien dirigía “Brisas musicales del amanecer” y el programa dominical que auspiciaba el entonces Bazar Pochito, de la familia Belda.
Lamentablemente este espacio es corto para consignar otros datos importantes, con todas esas anécdotas, pero les prometo continuar. [Comunicando Bosque y Cultura].

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