Podemos ver a muchas personas que fueron “caperuchos” caminando cabizbajas después de haber gozado de poder cuando eran los llamados “números unos” en las épocas que en que gobernaban o eran mandamases de sus instituciones. Muchísimas veces he visto a estos personajes quienes, por fuerza mayor, tienen que retornar esas entidades para hacer algún trámite, pues así es la vida, percatándome que esperan ansiosos un saludo o alguna forma de reconocimiento. Pero la vida es dura, porque terminan cosechando lo que mal sembraron.
Desde la antigüedad, y eso podemos leerlo en las obras de los filósofos y los literatos, que la arrogancia, la soberbia y la estupidez son los lugares comunes de casi todos que la fuerza del destino los coloca en esos lugares expectantes a donde jamás debieron llegar ni encumbrase. Pero así es la vida y esos personajes posiblemente se lamentan del momento en que llegaron a ser autoridades, ya sea por elección popular o por ser depositarios de esas llamadas confianzas. En ninguno de los casos tuvieron la capacidad para responder a esas confianzas. Todos conocemos a muchos “altos” funcionarios que jamás hicieron un recorrido de los locales de esas instituciones de las que alguna vez tuvieron la maldición,… ¡perdón!, de ser sus jefes.
Precisamente, en mi calidad consultor que elaboró el diagnóstico del Sistema de Control Interno de la Dirección Regional de Agricultura, encontramos falencias y debilidades institucionales que se está intentando corregir a partir del llamado “cierre de brechas”, siendo parte de este proceso el documento elaborado como la “Guía de manejo del titular”, siendo la DRASAM la única entidad nacional en que este proceso lo trabajó a partir de un compromiso serio pero que es necesario continuarlo, y debo agradecer la confianza depositada en el suscrito por el Ing. José Reátegui Vega, Director Regional en ese entonces, y por el Comité de Control Interno, que estuvo integrado por el Lic. Adm. César A. Alejandría Castro, CPC. Edwin A. Alvarado Romero, Ing. René Bartra Leveau, Ing. Neisser Bartra Ramírez, CPC.
Alfredo Alvarado Cárdenas, Abog. Francisco Zavaleta Riccer, CPC. César A. Espinoza Ruiz, entre otros. Nobleza obliga.
Pero entrando al tema, razón por el cual usted está leyendo este artículo. Las gestiones fracasan porque quienes dirigen las instituciones y los procesos, carecen de la visión y el espíritu prospectivo del escenario adonde a donde deben llegar. En una de mis columnas y en la entrevista que me hicieron los amigos periodistas de la radio, me he dirigido a nuestro alcalde provincial, por ejemplo, preguntándole ¿Qué ciudad nos quiere dejar dentro de cuatro años? ¿Cómo se ha propuesto liderar para que el territorio que gobierna cumpla con los Objetivos del Desarrollo Sostenible? En este aspecto, reitero la alerta conocida por todos en el sentido que dentro de diez años no vamos a tener en el Bajo Mayo ni mil hectáreas de terreno para la agricultura y crianzas porque hay una voracidad criminal para urbanizarlo.
Las gestiones también fracasan porque en una mal entendida lealtad, se designan en cargos de importancia y dirección a personajes abúlicos, petacones, sin iniciativa, sin compromiso, sin luces y sin criterio, que manipulan a sus jefes –principalmente cuando estos no conocen sus entidades ni sus roles—haciéndoles perder tiempo precioso para no dedicarse a las funciones de articulación y consolidar el desarrollo.
Las gestiones fracasan cuando les agarra la enfermedad de querer establecer tantas instancias cuando no se tiene claridad de aprovechar las plataformas existentes y a partir de ella trabajar los procesos. Y cuando los documentos de gestión siguen siendo letra muerta y se trabaja con el voluntarismo, el personalismo creyéndose la tontería de conocerlo todo, cuando en realidad no conocen ni miércoles: ni las entidades que dirigen ni a la gente con quien trabajan.
Los mismos principios para dirigir el “Club Atlético Los Huihuaneros”, del barrio La Hoyada, sirven para gobernar un país, una región, un municipio y cualquier territorio. Es necesario comprender esto y esta enseñanza la estamos dando gratis. [Asociación de Desarrollo Comunicando Bosque y Cultura].