21.7 C
Tarapoto
jueves, abril 25, 2024

Fiesta Patronal Virgen del Carmen – Saposoa

logo

Son ocho días de intensa actividad festiva: Del 8 al 16 de julio. La esposa de un poblador líder de una ciudad del sur de San Martín, ofrecía tenaz resistencia de viajar a Saposoa: “Soy Saposoino de corazón y me brotan ganas de estar presente en la fiesta patronal de mi pueblo”, le dice el esposo con firmeza. Sólo para que la vida conyugal pase un día más en paz, porque ya son más de cuarenta años de vivencia juntos, acepta ella simulando su conocida sonrisa femenina. La pareja es propietaria de un moderno hotel en su ciudad de residencia; entonces, al llegar a Saposoa la esposa repara de algunas faltas en el hotel donde se alojan, haciendo alusión comparativo con el suyo: “Por favor, no hemos venido a mirar esos detalles; siéntate conforme con lo que tenemos, hay que agradecer a Dios que dormiremos en lujosa cama de dos plazas; que hay agua abundante las 24 horas, que cae tan fuerte de la ducha, que nos masajea el cuero cabelludo; que el ambiente es limpio y estamos rodeados de lozanas flores que emanan néctares agradables que perfuman hasta nuestra habitación”, increpa el esposo. “Ya, está bien, como digas amado esposo”, responde ella de buena manera. El bochorno va pasando mientras arrecia la torrencial lluvia, descansan un poco y gradualmente aparece en sus vacíos estómagos un hambre aterrador. Al bajar la escalera con cautela, escuchan el ritmo contagioso de la pandilla. Cruzan el salón de recepción y no pueden dar el paso a la calle porque pasa por la angosta avenida la densa pandilla. Es una algarabía total, con parejas danzantes muy sudorosas. La pareja trata de contabilizar y calcula que bordean no menos de trescientas personas. La impresión de la pandilla popular ha tapado por unos momentos la sensación del hambre. El varón no deja de expresar su satisfacción de estar presente, de observar después de mucho tiempo, danzantes de las pandillas con tanto fervor, con profundo amor. Así está por mucho tiempo, boquiabierto, sonriente, hasta que la turba se perdió a lo lejos de las siguientes cuadras. La esposa inmutada le toma del antebrazo. De pronto se cruzan sus miradas y ella no deja de mostrar sus ojos llenos de lágrimas. Él también se contagia y se abrazan por largo tiempo para sollozar en la vereda, sin importarles el masivo desplazamiento de la gente. Luego le dice la mujer: “Nunca he visto una pandilla tan bonita y muy emotiva. Me perdonas mi amor por favor. Tenías razón al querer venir a tu tierra a pasar ésta linda fiesta”. La respuesta es un abrazo más fuerte. Sin proferir palabra, tomados de la cintura, la pareja va camino al lugar donde el hotelero les indicó que podrían almorzar. Personas bien vestidas y de ancha sonrisa le ofrecen diversos platos como chancho al cilindro, inchicapi, nina juane, juane de gallina, doncella a la hoja, boquichico asado al carbón, con el acompañamiento de yuca sancochada, plátano asado, maduro asado y tacacho. Al final, de nuevo la esposa le agradece porque acaba de servirse alimentos por demás agradables y sanos.

 

No podían ir a descansar con el estómago lleno y además están allí para gozar de la nueva forma de vivir la fiesta patronal. Caminan por las calles casi todas pavimentadas, conversando con la gente que siempre se muestra amable. En ese lapso se cruzan con varios grupos de danzantes de la pandilla. Una señora les informa que en éste año están pasando la fiesta patronal siete cabezonías: Capirona, La Muyuna, La Bombonera, Francisco Izquierdo Ríos (FIR) en el primer cuartel; Propuerto, Chirapapozo y Cahuide en el segundo cuartel. Durante el año precedente, las siete cabezonías se han organizado en coordinación con el Párroco, el Padre Gastón y la Municipalidad provincial de Huallaga. Cada una debería hacer la velación de la Virgen del Carmen una noche. Las cabezonías estaban compuestas por una directiva y colaboradores, de tal suerte, que todas ellas invitaban desayunos y almuerzos a todos los visitantes, por decir una familia en un día. Al siguiente día le corresponde brindar desayuno y almuerzo a la otra familia. La chicha de maíz se brinda a discreción, a todas las personas que visitan la cabezonía. La pareja, se da cuenta que ya está bordeando la media noche y recién han visita tres de ellas. Los esposos se sirvieron chicha, uvachado, alimentos, bocaditos, de manera gratuita. La euforia de los presentes contagia a la pareja que no puede dejar de bailar las músicas típicas. Hay tanta gente bailando que los esposos pasan desapercibidos; pero se fijan, que así como ellos, hay otras parejas que no son naturales de Saposoa. En las indagaciones coloquiales con las personas del lugar, son prontamente informadas que hay visitantes de casi todos los países del mundo, por decir, España, Holanda, muchos estados del país norteño, Inglaterra. Por supuesto, muchos sudamericanos también. Alguien extranjero dice en un español mal pronunciado: “En Saposoa se vive en auténtica armonía y con mucha alegría, seguro que regreso el próximo año con más personas, porque se siente la bendición de la Virgen del Carmen”.

 

Artículos relacionados

Mantente Conectado

34,537FansMe gusta
271SeguidoresSeguir
1,851SeguidoresSeguir

Últimos artículos