El Paro Nacional del 19 de julio de 1977, es el hito más importante de las luchas de los pueblos del Perú que emergiendo de una economía semifeudal y de capitalismo incipiente, obligaron, a la junta militar de gobierno presidida por el general francisco Morales Bermúdez, que derrocó al general juan Velasco Alvarado presidente del gobierno revolucionario de las FFAA, a convocar a una Asamblea Constituyente para definir el rumbo de la nación y su desarrollo económico y social ya que el gobierno revolucionario de las fuerzas armadas presidido por el general juan Velasco Alvarado y respaldado principalmente por los jóvenes oficiales aun no comprometidos con el poder oligárquico fue derrocado para imponer un rumbo capitalista neoliberal en contraposición al modelo inicial de “ni capitalismo ni comunismo” promovido por los renegados del APRA, y que desembocó en una propuesta de autogestión (propiedad social), cooperativismo y estatismo que devino en fracaso, reforzando la propuesta neoliberal impulsada por el imperialismo norteamericano.
Frente al desafío lanzado por la junta militar presidida por el general francisco Morales Bermúdez de establecer un nuevo Pacto Social que emergiera de una Asamblea Constituyente, la derecha respondió afirmativamente marginándose solamente el sector representado por acción popular y participando el PPC, APRA y la DC, por el lado de la “izquierda” esta tendencia general de participación política se vió obligada a optar entre LA PARTICIPACION POLITICA DEMOCRATICA, LEGAL Y PACIFICA, Y LA LUCHA VIOLENTA.
El camino de la lucha armada, escogido por la pequeña burguesía intelectual, le llevó finalmente a enfrentarse, no solo a las fuerzas represivas del estado, sino también con los sectores Populares, fracasando, y, dejando solamente dolor y odio en quienes estuvieron directamente afectados.
Los trabajadores en general fueron perjudicados al propiciarse los estados de emergencia con su consecuente reducción de los derechos ciudadanos y el abuso de las fuerzas represivas del estado en su enfoque imperialista de represión utilizando los manuales elaborados por el ejército norteamericano que son el marco legal para los delitos de lesa humanidad cometidos, marco legal aun no reconocido, pero apelado por OHT y otros criminales de guerra para evadir la acción de la justicia.
El régimen de Economía Social de Mercado resultante del debate político y consenso en la asamblea constituyente presidida por Víctor Raúl haya de la torre, ha seguido vigente en la constitución de 1993 elaborada por el CCD promovido por la corriente política “ cambio 90 “, apoyada coyunturalmente por la ciudadanía y que fue la alternativa para salir de la bancarrota económica en que sumió al país el gobierno del partido aprista del 85 – 90 con su política económica populista que incluyo la estatización de la banca privada.
Hoy, a 42 años de la gesta obrera, campesina, estudiantil y popular, emergen, de un lado la derecha económica que quisiera aprovechar una nueva Asamblea Constituyente para avanzar en su neoliberalismo depredador de la humanidad y el medio ambiente y, por otro lado una “izquierda” surgida de la oligarquía y sectores desclasados de la sociedad proponiendo como salida política a los problemas del crecimiento económico, que por diversos frentes emerge de las entrañas de los trabajadores asalariados, campesinos, estudiantes y moradores de la ciudad; una nueva asamblea constituyente, para cambiar el régimen económico actual por el de una economía estatista que ya fue rechazada en la Constitución de 1979 y reafirmado su rechazo en la Constitución de 1993. propuesta política y económica que ha fracasado y empobrecido a los pueblos que la han experimentado.
Los pueblos del Perú ya escogieron su camino y lo hicieron el 19 de julio de 1977, escogieron un régimen de Economía Social de Mercado que significa por un lado, libre mercado y de otro lado la vigencia y desarrollo de las instituciones que velan por los derechos de los individuos en un periodo de tránsito a una sociedad más democrática, justa, libre, con bienestar y solidaria.
Los cambios o reformas constitucionales deben hacerse puntualmente una por una y con amplio debate nacional que promueva una nueva consciencia social, política, participativa y solidaria.
Hoy, 42 años después, no debemos olvidar a los combatientes del paro nacional del 19 de julio de 1977, que ofrendaron su libertad y sus vidas por decenas en todo el territorio nacional y que cada 19 de julio sea conmemorado como el día de la unidad nacional en todo nuestro territorio.
Tarapoto 19 Julio 2019