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viernes, abril 26, 2024

¿Un “congreso para brutos”?

La pregunta podría parecer impertinente, pero eso es lo que quiso preguntarse Alfredo Bullard, abogado que escribe en el diario Perú.21, quien, con el título “Congreso para brutos”, refiriéndose al actual parlamento, desliza con una fina ironía comparaciones entre los que se desempeñaron como parlamentarios en las décadas anteriores y los esperpentos de estos tiempos. No estamos ofendiendo a nadie, sino describiendo la realidad. Pero Bullard es injusto porque solo menciona a aquellos políticos de la derecha, que tenían abolengo más no brillaban por su calidad de intelectuales. Algunos eran cultos, como Luis Alberto Sánchez y Enrique Chirinos Soto, este último antes que se destruyera moralmente. Escucharles disertar a los dos mencionados era sentirnos en el paraíso por la sapiencia natural del que hacían gala.

Bullard se pregunta: ¿Cuántos Becerriles se necesitan para hacer un (Ernesto) Alayza Grundy? Y conste que el flaco Alayza no brillaba precisamente por sus luces, por decir lo menos. Todo esto nos lleva al reconocimiento que el actual congreso es el más deleznable que ha tenido la Republica, cuando sujetos impresentables comenzaron a llenar ese escenario al que convirtieron en una pocilga, apreciación que seguramente comparten el 99 por ciento de los peruanos, por lo que urge su cierre inmediato para recuperar la higiene moral de nuestro país.
Porque la calidad personal e intelectual de los congresistas de hoy es para llorar. Nada bueno podemos esperar de esos grajos, con las excepciones de más o menos diez congresistas que tienen nivel y merecen nuestro respeto. Pues la televisión y los diarios nos traen las sandeces de esos holgazanes que se creen líderes y la última chupada del mango, siendo unos grandísimos disparates y sin vergüenza en el rostro. ¿El 95 por cierto de esta cofradía son seres despreciables? La actriz Mónica Domínguez, respondiendo la pregunta de ¿Qué persona viva te parece despreciable?, del Test de Proust, que publica la revista Somos, de El Comercio, señala a “(Héctor) Becerril, (Rosa) Bartra, (Mauricio) Mulder, (Víctor Andrés) García Belaunde, (Yeni) Vilcatoma y un largo etcétera.”, como sujetos viles e infames.

El artículo de Bullard se orienta a la especulación sobre la cantidad de libros que han leído nuestros actuales congresistas –me refiero a los manavalques–. Cuestiona sus coeficientes intelectuales. Y eso se puede observar cuando la televisión pasa sus intervenciones y se observa con rabia y tristeza que no podamos hacer nada para mandarles a cultivar nuestras chacras o a buscar nuestro mitayo por Tiraquillo o por Huicungo. A Becerrill me gustaría preguntarle su opinión sobre “Metamorfosis”, de Kafka, y estoy seguro que me contestaría que lo leyó en un episodio de Condorito, pero que ya no se acuerda.
Siguiendo con Bullard, el abogado sigue diciendo que el actual Congreso es el más representativo de la sociedad peruana. ¿La “pararon”? Es una ironía o golpe directo al mentón como un cross de Andy Ruiz Jr. La pregunta es ¿por qué hemos terminado eligiendo a empresarios, analfabetos, prontuariados y personajillos que cambian de camiseta política y terminan representando sus propios intereses cuando los del país les importan un carajo? Bueno, pues, cuando nuestros congresistas terminen sus periodos, debemos hacerles el Juicio de Residencia. [Comunicando Bosque y Cultura].

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