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jueves, marzo 28, 2024

Descentralización y revolución productiva

Mi experiencia y análisis me han llevado a la conclusión de que el verdadero desarrollo del país solo será posible cuando se llegue a la auténtica descentralización. A decir verdad, no creo mucho en lo que en algunos círculos intelectuales denominan “regionalización” y con la pretensión de conformar las llamadas ´macrorregiones´. Lo que estamos viendo con las actuales ´mancomunidades municipales´ nos llevan a la demostración de la tesis de que, simplemente, no funcionan. Porque todos quieren su cuota de poder.

La auténtica descentralización no significa llegar a situaciones de autarquía y anarquía, si es que como país tenemos un norte y hemos construido nuestra visión. La descentralización debe significar el tener decisiones para legislar en todos los aspectos de la vida que atañen a los ciudadanos pues, con los manavalques de congresistas que tenemos actualmente, nada de bueno podemos esperar. La descentralización debe significar legislar en materia tributaria, en seguridad ciudadana, en educación, en políticas ambientales, en materia legal (sancionar a quienes plagian proyectos agrícolas para aparecer como ´expertos´ en temas agrarios, y avisados estamos).

La auténtica descentralización, aunado al deseo sincero de promover la ´revolución productiva´, debe acercarnos a alcanzar la felicidad que tanto buscamos y que ha sido plasmado en la constitución estadounidense, aunque no le guste al historiador Yuval Nohah Harari, como descubro en su extraordinario libro que me encuentro leyendo. Descentralización y revolución productiva deben formar una relación biunívoca indisoluble que aterrice en una mejor calidad de vida de los productores, en su verdadera acepción y dimensión. Y estoy convencido que el gobernador Pedro Bogarín está comprometido con este propósito y debemos apoyarlo.

Lo primero que podemos percibir en el Gobernador es que su propuesta es sincera. Sin embargo, es importante que revolucionemos los conceptos y dejar de considerar a los hombres del campo como los “beneficiarios”. En este aspecto, el Ing. Boris Gallegos Mendoza, ha propuesto que debemos incorporar a los productores agrarios como los “socios” o aliados del proceso, porque ellos son los que ponen la acción, la energía y el sacrificio cotidiano; los funcionarios somos aves de paso en este esquema. Siempre he citado a Héctor Flores Samanéz: ´los agricultores realizan una actividad económica y son empresarios´. Una revolución es una innovación, rompe esquemas y propicia cambios. La ´revolución productiva´ debe llevarnos a hacer esos cambios y mejoras que permanezcan en el tiempo, siendo parte de ella la reconversión productiva y que los productores sean los que tomen las decisiones acompañados del Estado que cree las condiciones para el desarrollo con todos los eslabones de la cadena cumpliendo su rol. Los productores agrarios deben entrar a un proceso de liberación. No entender esto es no haber comprendido el problema. Este es el esquema; no hay otro.
El gobernador Pedro Bogarin nos ha planteado un tremendo desafío. Es nuestra obligación acompañarlo con ideas y propuestas. Descentralización y revolución productiva sí, ¡pero ahora! [Asociación de Desarrollo Comunicando Bosque y Cultura –Comunicando].

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