Leo en el portal de la Contraloría que el órgano contralor se encuentra verificando el servicio de limpieza en dieciséis municipios del departamento de Huancavelica. En efecto, leemos que “como parte de su labor de control preventivo, la Contraloría General inició hoy el Operativo de Control “Por una Ciudad Limpia y Saludable” para verificar si la prestación del servicio de recolección de residuos sólidos a cargo de las nuevas gestiones municipales entrantes de Huancavelica, se realiza de manera continua, regular, permanente y obligatoria”.
Recordarán mis lectores que, como resultado de los exabruptos del ex Contralor Edgar Alarcón Tejada, al que respaldaron los trabajadores del ente contralor y se publicó en los medios de prensa, escribí en este diario que el desubicado Alarcón nos quería vender la idea que los funcionarios de la Contraloría deberían estar respirándonos en la nuca para ver que hacemos, cómo lo hacemos, cual polizontes de nuevo cuño. Pretendía el equivocado Alarcón que todas las decisiones que tomaran los funcionarios deberían ser previamente aprobadas por la Contraloría, en el escenario de “El extraño mundo de Subuso”. La Contraloría sería la que tomara todas las decisiones estando los demás pintados en la pared. ¿Y quién controlaría a la Contraloría?
Este afán de controlar todo tal vez tenga su origen en la podredumbre moral en que los malos políticos han sumido al país. Hemos llegado a un nivel en el que la cultura es el de la desconfianza y hay que estar ojo avizor porque si nos descuidamos nos levantan en peso. En una época en que se ha hablado y escrito en demasía sobre la importancia de los valores todos hacen lo contrario. La llamada cultura del mérito es un cuento chino más grande que la muralla china, porque, por ejemplo, tenemos a electricistas o mecánicos dirigiendo proyectos agrícolas, que vendría a ser una forma disimulada de estafa y aquí nadie habla del conocido “tener el perfil”, porque con esta estrategia se elimina a gente realmente idónea y capaz.
Volviendo al tema, creo firmemente que hay una confusión de roles. El tema del medio ambiente debe estar a cargo de las entidades ambientales. ¿La Contraloría llegará a tener su división de médicos para que vean si una cirugía al cerebro cumplió con los protocolos y procedimientos? La Contraloría, ¿verificará que todos los servidores públicos han recibido su dotación de rollos de papel higiénico? Por supuesto que hay gente que se sublima y masturba cuando cree que todos están bajo su control. Alguna vez Pedro Pablo Kuzcynski recordaba que mucha gente le tiene pavor (miedo extremo) a la Contraloría y he conocido funcionarios que se orinaban cuando veían llegar a los auditores que parecían seres viniendo de otros planetas.
Debemos cambiar la cultura del control extremo y desmedido. Un poco más y vamos a entrar al estado policiaco. No solo pensemos que todos son corruptos, porque quien piensa así estamos seguros que es el primero del que debemos comenzar a desconfiar. Fomentemos la cultura de los valores y la confianza; de lo contrario, de nada valdrán tantas normas y procedimientos. (Comunicando Bosque y Cultura).