En el mes de enero, en el Perú ya se registan 11 feminicidios, de acuerdo a los datos del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
Los asesinatos ocurrieron en Tacna, Huancayo, Puno (2), Ayacucho, Callao, Piura, Huaral, Arequipa, Amazonas y Chosica.
Pero antes de los feminicidios hay hechos que desenlazan estos lamentables sucesos y se trata de persecución a las exparejas, pues en la mayoría de los casos, los causantes de las muertes son con quienes, las víctimas, han tenido una relación.
Ayer en el distrito de La Banda de Shilcayo, se conocía de un intento de feminicidio a un mujer que había culminado la relación y el sujeto al parecer, al no querer aceptar esa situación, la atacó con un machete, que la desfiguró. Ahora él está detenido y sus argumentos son realmente alucinantes.
En esta oportunidad, la víctima podrá contar su caso, podrá seguir con su vida, con temor claro, pero lo podrá hacer y con el apoyo de quienes tiene cerca mas aún.
Hay casos que las agredidas ya no pueden contar porque están bajo tierra.
Las exparejas, las edades están entre 18 y 35 años, las formas son cada vez más diversas, desde el uso de las manos, cuchillos, machetes, hasta el uso de armas, hasta fueron quemadas algunas de ellas.
No nos cansaremos de indicar que todo se inicia con las agresiones verbales, para pasar a las físicas y lamentablemente algunas terminan bajo tierra.
Ya no se sabe qué es lo que se debería hacer para seguir evitando esto, pues los casos continúan y cada vez, las formas son más crueles.
No son solamente las autoridades, somos nosotros quienes desde nuestros hogares debemos implementar el respeto, a todos, a cada una de las personas con quienes compartimos. No hay derecho a querer quitarle la vida a alguien que dice ya no querernos.