Fue una agradable sorpresa encontrarme con el valioso artículo de Federico Sarmiento Marchese publicado en este medio cuando trata especialmente sobre la “fundación” de Tarapoto porque, como lo dice en su nota, no existe documentación alguna que acredite fehacientemente sobre ello. En efecto, lo expresado por Federico, con conocimiento de causa, nos obliga a replantear esa fecha que ya ha sido oficializada por la comuna tarapotina pero que se hace imperioso corregir el despropósito, porque no podemos seguir aceptando falacias y en este aspecto pido a Tedy del Águila Gronerth que designe una comisión para que dilucide el tema de manera definitiva y desde la organización “Comunicando” estamos decididos a colaborar.
Federico Sarmiento Marchese, un acucioso investigador de la historia sanmartinense, especialmente de Tarapoto, le ha venido facilitando información a mi hermano Humberto Segundo, que nos ha servido para publicar algunas notas en este medio. Nos recuerda Federico en nota publicada en el Facebook la semana pasada, que el error proviene de información publicada en el siglo XIX y que Antonio Raimondi recogió, con lo que la fecha del 20 de agosto se generalizó. Debemos recordar, y esta es mi apreciación, que Raimondi no se caracterizó por recoger el aspecto social y cultural de los pueblos que recorrió y esta es una de las debilidades de sus informes.
Para reconstruir la historia de nuestros pueblos debe partirse de una serie de consideraciones como valorar la importancia de los archivos institucionales, la generosidad y desprendimiento de ciudadanos como Federico Sarmiento Marchese quien sin egoísmo y un desprendimiento invalorables nos está proporcionando información valiosa que de una vez por todas debe recogerse y sistematizar; eliminar el idiotismo que hace creer que la cultura y la historia de los pueblos no se comen y que todo es competitividad y dinero. Para comenzar.
En buen momento, al inicio de nuevas gestiones de gobierno, el aporte de Federico Sarmiento Marchese (taranieto de Manuela Morey Arias, hija de Manuela Alegria Arias Bahamonde y de José Ignacio Morey Capdebou), la riqueza bibliográfica del doctor Herbert Hugo Arévalo Bartra y la acuciosidad de Humberto Segundo Gallegos Arévalo, serán determinantes para reconstruir nuestra historia que muchas veces se nutre de desinformaciones y especulaciones estrambóticas que distorsionan los hechos verdaderos.
Precisamente el sábado pasado, visitando Chazuta con el personal de la Agencia de Desarrollo Económico Local San Martin, después de inspeccionar una plantación de plátano “inguiri” nos dimos un salto al caserío de Aguano Muyuna y obtuve datos valiosos que me ayudará a construir la historia de nuestros pueblos sobre bases sólidas. Desgraciadamente no cuento con recursos para proseguir con mis investigaciones porque vivimos una época en que la cultura y la historia no les importan a nuestros neoliberales, muchos de ellos que no leen o solo se nutren de sus prejuicios e ignorancias. [Comunicando Bosque y Cultura].