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viernes, marzo 29, 2024

Dietas rotas cada fin de año

La tendencia mundial es tener masa corporal extra, aunque en un alto porcentaje por encima de niveles tolerantes que lindan con la buena salud. Hay carencia de política nacional, e inclusive a nivel mundial, de una alimentación humana saludable. Al parecer, las tendencias gubernamentales mundiales se han parapetado solo en el enfoque de desarrollo económico; es decir, en la ejecución de obras físicas y movimientos financieros monetarios. Se ha dejado de lado los enfoques de medio ambiente y sobre todo de desarrollo humano, como si la vida del hombre sobre la tierra dependería solamente del maligno dios dinero. ¿Vivirá un hombre en un cuarto lleno de dinero, de oro? ¿Vivirá un hombre en un desierto sin árboles y sin agua? ¿Vivirá un hombre dentro la floresta natural? Sabemos que el ser humano ha llegado a la Amazonía hace más de quince mil años y desde entonces ha vivido dentro la espesura de la floresta natural, mimetizándose perfectamente en completa armonía, como están viviendo hasta ahora los llamados “no conectados” en las pocas selvas vírgenes de Madre de Dios y Brasil.

El cuerpo humano está acostumbrado a la alimentación de recursos naturales como flores, raíces, frutos, pescados, mariscos, algas, aves. Los caninos bucales ya casi están desapareciendo desde que la alimentación ha ido alejándose del consumo de carnes rojas. Pero, allí se enfrenta a otro obstáculo industrial. Cada vez los alimentos naturales están siendo procesados y perdiendo su originalidad, no solo en los contenidos nutricionales sino también en presentaciones y sabores.

Como hay ausencia de políticas alimenticias nacionales y mundiales, las personas hacen uso y abuso del libre albedrío, echando mano a su abundante desconocimiento del tema nutricional, entonces, ese vacío es llenado por las chatarrerías, que se han enfocado solamente en el aspecto empresarial, relacionado expresamente a la ganancia de capitales monetarios, con ausencia de importancia de la salud de los seres humanos.

Además del encuentro de las familias en el reciente fin de año, las personas han celebrado el gran acontecimiento histórico del nacimiento de nuestro Señor Jesús, con fiestas y mucho alimento. Aquí es cuando se han roto las dietas que muchas personas siguen. La ingesta de panetones con altos contenidos calóricos, chancho al horno, pavo relleno, chocolate, en fin, ha hecho que las personas experimenten el súbito incremento de sus pesos corporales y variación desmesurada de sus medidas antropométricas.

No es fácil mantener el peso ideal sino existe la predisposición personal de llevar a cabo un sano régimen alimenticio y una necesaria faena diaria de ejercicios físicos. No es que el peso normal se mantiene solamente con la ridícula y quizá deficiente alimentación, sino debe estar acompañado del necesario ejercicio físico, especialmente la cotidiana caminata. Si en la celebración del nacimiento de Jesucristo, los festejos han estado apuntados mayormente a la voluminosa ingesta de alimentos con abundante grasa y de nutridas calorías, entonces, desde ya, dejando la apatía y el desgano por un lado, hay que programar la ejecución de largas caminatas y las prácticas deportivas.

No es demás recordar, que en la zona estamos acostumbrados a ingerir alimentos cargados de carbohidratos como rosquitas, panes, galletas, chichas, refrescos, yucas, plátanos, papas, arroz, frijoles. Seguidamente en segunda prioridad con una pizca de proteínas como carnes, pescados y huevos. En tercera prioridad otra porción mucho más endeble los alimentos con vitaminas y minerales como las verduras y las frutas. Muchos padres, adicionan alimentos enlatados y embolsados con persevantes, aunque algunos han optado los alimentos enlatados y embolsados en reemplazo de los alimentos naturales. A la alimentación de los hijos merece darle suma importancia, porque así se forja el desarrollo corporal de la persona. En los establecimientos de expendio de alimentos se observa que el plato que se sirve al comensal contiene no menos de 85 % de carbohidratos, 10 % de proteínas y 5 % de vitaminas y minerales. La preparación de los alimentos en lo posible debe estar asesorada por profesionales de la alimentación, para garantizar que los integrantes de la familia estén debidamente alimentados. Si la dieta ha sido rota en ésta celebración navideña, como demostración de nuestra profunda FE ante el Señor, hay que estar conscientes de tomar las medidas necesarias para resarcir éstos excesos.

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