El reciente anuncio realizado orgullosamente por el biofísico chino He Jiankui acerca de su “logro científico” sin precedentes, con el nacimiento de los primeros bebés humanos “genéticamente editados”, acaecido a fines de octubre o principios de noviembre (cosmobiológicamente muy interesante) ha conmocionado especialmente a la comunidad científica internacional, hoy más consciente y enfocada a una “ciencia más humana”, unida a la moral universal, y que por ello, ha desaprobado sabiamente este nefasto experimento.
Esta reacción es fruto de la larga labor concientizadora de Instituciones como la Fundación FISS- Central Científica, Federación Internacional de Sociedades Científicas (www.fissnet.org) que durante décadas, vienen difundiendo la necesidad imperiosa de una ciencia que aplique la Epistemología de la Vida (el análisis de todos los factores en el devenir del tiempo) así como la Matesis (Síntesis Viviente como culminación del proceso tesis, antítesis, síntesis) según lo planteado por sus fundadores, el Dr. Serge Raynaud de la Ferrière y Dr. David Juan Ferriz Olivares.
Sin embargo, esta “EDICIÓN GENÉTICA” de humanos, nos hace ver que aún hace falta muchísimo para frenar la caída al abismo de la deformación.
Como bien lo señala el doctor Ricardo Tapia, del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM:
“Una de las principales faltas a la ética biológica es la violación en pequeña medida a la evolución natural del ser humano. Por primera vez en la historia de la humanidad un cambio de un gen hecho por el hombre se va a transmitir a toda la descendencia; en este caso, de esas dos niñas, si es que tienen hijos”.
Estos alarmantes pasos ya habían sido advertidos –como en el caso de la clonación humana, que quien sabe si ya se estará realizando o tratando de realizar- por el Dr. Serge Raynaud de la Ferrière a mediados del siglo pasado, cuando alertaba que:
“La verdadera Individualidad es el Espíritu y si la Ciencia llegara un día a reconstruir un ser completo, partiendo de una de sus células, eso no será sino una personalidad viviente, sin interés, ya que menos que un animal regido por un Alma Colectiva, ese “monstruo” será habitado por un “elemental”! [Alma animal sub-humana]
De ahí que este Sabio prescribe UN NUEVO ENFOQUE en las investigaciones científicas, PREVIENDO ANTES DE TOMAR CUALQUIER DECISIÓN, LAS CONSECUENCIAS tanto desde el punto de vista de la TESIS (plano físico, enfoque materialista, “objetivo”, visible) como de la ANTITESIS (Plano Astral, “subjetivo”, invisible, propio del enfoque “idealista” o “moral”) para realizar una verdadera SÍNTESIS (Plano Espiritual, entendido como el dominio de la Conciencia Superior y la Sabiduría) que necesariamente deberá ser validada por la MATESIS (Síntesis Viviente) para evitar quedar en el plano puramente teorético.
Ello porque “HAY EN EFECTO UN MUNDO VISIBLE Y UN MUNDO INVISIBLE LOS CUALES DESEAN QUE TODOS LOS HOMBRES LOS DESCUBRAN LO MÁS PRONTO POSIBLE PORQUE SIN ESTO NADIE BUSCARÍA LA VERDAD.” Para lo cual se hace indispensable:
“UNA TRANSMUTACIÓN DEL PLANO FÍSICO, TAN A MENUDO CONOCIDO Y MATERIALIZADO COMO “UNA VERDAD”, HASTA LOS HORIZONTES ILIMITADOS DEL ESPÍTIRU, EL CUAL ES A SU VEZ MUY A MENUDO NEGADO O COMO POCO CIERTO.”
En ese sentido, es imperativo que de una vez por todas tomemos conciencia de las terribles consecuencias que trae la manipulación profanadora de la VIDA, como si solo se tratase de “COSAS” u “OBJETOS”.
Por ello, comprendemos la advertencia de los adeptos heliopolitanos a finales del siglo pasado:
“Autorizando a tratar al vivo a semejanza del mineral, los sabios se transforman insensiblemente en verdugos. La prohibición divina tenía como primera finalidad impedir estas abominaciones por las que el hombre, más que ganar, pierde su curiosidad insaciable.”
“Cada cual sabe que con la ingeniería genética se franquea el último límite: como prueba, los angustiosos debates de legisladores y comités éticos.”
“La prohibición de trabajar sobre materia animal tiene como corolario la ignorancia en la que todos estamos de lo que significaría la perfección de este reino, y del proyecto divino sobre ranas, saltamontes, gatos, perros, ballenas o jirafas.”
Los mitos sumerios o griegos y la midrash hebrea contienen advertencias al respecto, que no pueden ser más claras, sobre lo que hay que esperar de un trabajo desconsiderado sobre el viviente. Tiamat, Gh o Lilith simbolizan la materia matrix de los orígenes. Cuando sale de su reposo tras el fin de su tiempo, por accidente o por revuelta, no engendra sino monstruos ávidos de vida humana como hidras, gorgonas, vampiros o quimeras (…) Dejemos que se extiendan las plantas transgénicas. Si sus efectos se revelaran mortales ¿cómo asegurarnos, incluso arrancando todas las plantas conocidas, que ningún polen no transmitirá los genes supernumerarios a alguna variedad salvaje, o que ninguna abeja no las libará?”
“La vida es un todo, cosa que han vuelto a descubrir los ecologistas (no hablamos de los movimientos políticos sino de los sabios que estudian la imbricación de los reinos y los ciclos naturales de transformación). Los genes introducidos en el maíz para alejar de él los insectos “parasitarios” tienen como primera consecuencia incitar a dichos parásitos a modificar sus propios genes para continuar alimentándose. De uno en otro, de respuesta en respuesta, ¿a qué mundo llegaremos? Nadie sabría predecirlo y nadie puede anticipar las mutaciones correctoras que exigirá la continuación del Orden divino, hombre incluido. ¿Cuándo se entenderá que el Árbol de la vida fue erigido para protegernos y no por un capricho tiránico?”.