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jueves, abril 18, 2024

All Sorry

El canal del congreso Transmitió una escena penosa desde el hemiciclo; cuando la congresista Rosa Bartra que, inmerecidamente preside la Comisión Lava – Jato, intentó enmendarle la plana al Presidente; el Sr. Salaverry desde su escaño, alzando los brazos y señalándolo fleramente con el índice de la mano derecha.

Su mensaje, tremendamente imperativo, indicaba a los espectadores que las expresiones de Salaverry eran equivocadas, algo así como cuando entre amigos; interrumpimos bruscamente a quien tiene el uso de la palabra, y muy a la criolla le decimos; ¡Amigo, no es así, te equivocas, así no lo acordamos!.

Rosita Bartra, fue tal vez en su juventud, una damita, común y corriente, tal vez ingeniosa, quizás hasta agradable en su trato, aún o a pesar de no poseer atractivos físicos relievantes.

En conclusión, la Rosita que hoy conocemos, desborda extrema confianza, cuando hace uso de la palabra, la nariz respingada y el mentón alto; las manos aletean y hacen giros en consonancia con lo que dice.

Es decir, todo ensayodo; cada intervención suya deja entrever una preparación, que incluye no solo diversos tonos de voz, también expresión corporal, gesticulación variada y un convencimiento total de que es una mujer predestinada para realizar grandes tareas. Rosita Bartra sabe que con el visto bueno de Keiko, su dirección escénica meticulosamente realizada durante los ensayos, y al final su bendición, está más que lista para dominar la escena política nacional.

La Keikizada Rosita, cree y acepta a ojos cerrados, la palabra y las ideas de su adorada descubridora y manager. No puede ser de otra manera; sí, como en su caso, le ha sido otorgada la confianza de su jefa, mentora y protectora, en toda gestión que le encarga.

La fiera e impositiva actitud de Rosa Bartra, para con Salaverry, nos está narrando gráficamente; por sus actitudes, que ella ha sido investida de poderes plenipotenciarios, que ella es una réplica de Keiko al frente de la bancada, claro que es tan sólo un decir, por que los 100 kilos de la rayada jefa, jamás los alcanzará Rosita.

Concluyendo; cuando se levantó, de su curul, iracunda y temblando de rabia porque el Sr. Salaverry desde la presidencia, no cumplía religiosamente con lo acordado previamente en el Partido, en presencia de la jefa, Rosita llama a la “mami” de la bancada y le dá la orden. Como dijimos al inicio fue una escena muy penosa observar como la “mami” Salgado, venciendo las dolencias propias de la artritis y el reumatismo, se acercó a la mesa directiva ordenándole a Salaverry, que se dirija a la trastienda. Quienes leen esta columna son personas inteligentes y con un alto nivel de C.I., por lo cual habrán imaginado lo que allí; ocurrió. Soy, por lo general, un buen observador, por lo que noté una cierta desazón en el Presidente a su retorno a la mesa, igualmente su mano derecha sobándose la mejilla del mismo lado, un poco más rojiza que la mejilla izquierda. Lo sucedido, debería justificar la renuncia de Salaverry a sus funciones y el abandono del “partido “anaranjado. Estamos con Salaverry; el trato recibido de las “Superioras” es total y absolutamente injusto.

 

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