Hace aproximadamente 20 meses atrás Dios me concedió la dicha de ser mami nuevamente, venía en camino otra hermosura y entonces pensaba… Dios me regala dos mujercitas y con ellas las hermanas que nunca tuve…
El momento de conocer a hijita había llegado, no podía creer que aquel cuerpo tan pequeñito era parte de mi ser… A casi 24 horas después, no podía creer que tal situación me hacía desvanecer… Claudia Sofía, mi luz de sabiduría, que es el significado de su nombre… Había nacido con trisonomía 21 o también conocido síndrome de down…
Confirmamos su condición casi a los 5 meses con una prueba de cariotipo, fueron momentos difíciles y débiles, pero no por ella sino porque mi ignorancia me hacía verla en una sociedad nada culta y me preguntaba ¿Qué iba ser de ella? ¿Cómo haremos para sacarla adelante?…
Hoy con días débiles pero con levantas que nos hacen más fuertes ella me demuestra lo contrario a lo que pensaba, hoy en este mes de la diacapacidad, mes de la inclusión educativa y mes de la concientizacióne del síndrome de down (porque lo descubrió John Langdon Down), les digo con la experiencia que vivo:
Es una condición de vida más no una enfermedad, por lo tanto no se contagia ni tiene cura.
Los padres no deseamos lástima ni que nos miren de pena, un trato como con cualquier bebé regular ayuda.
Son una bendición, como todos nuestros hijos.
¿Angelitos cariñosos?… No tienen alas y como todos dan amor a quiénes les dan amor.
¿Niños eternos? … Jamás!!, crecen y se desarrollan, mi hija pronto gateará.
¿Especiales? …. Sí especiales y únicos como cualquier ser vivo; hasta más que el jugo de papaya.
No etiquetemos, nada de persona down, tiene su nombre, todos nos merecemos respeto, si antes lo practicaba en aulas ahora lo hago aún más con mis hijas, ya que todos tenemos una “luz de sabiduría”…
Bendiciones