De acuerdo con el pensamiento superior de Platón; para el individuo, la justicia expresa la armonía adecuada entre las capacidades del alma que se someten a la razón, la voluntad y la sensibilidad. En la justicia debe cumplirse necesariamente la noción y concepto de la igualdad.
Y es precisamente esta virtud la que impulsa, propicia y promueve el correcto equilibrio en la sociedad, marcando además diferentes aspectos como economía, paz, derechos y otros, etc.
La justicia, estimados lectores, es aspiración máxima del Derecho por la que el hombre despierta a la idea de a qué debe aspirar; teniendo como fundamento ético las relaciones sociales reguladas por el derecho.
Este ámbito perfumado por los aromas de una sacralidad casi religiosa ha sido mellado, pisoteado y burlado por un grupo de infames individuos de la peor calaña que, premunidos de sendos credenciales accedieron a estamentos superiores del Poder Judicial. Ahora sabemos por sus propias expresiones, como los vínculos familiares o amicales, son los que prevalecen por sobre los méritos académicos alcanzados por quienes no cuentan con este tipo de relaciones. Es así como quienes sin merecer un cargo de gran responsabilidad y destinados a los mejores egresados, llegan a obtenerlos por recomendaciones y no por un digno merecimiento.
Los audios conteniendo las expresiones verbales de estos “altos dignatarios” incrustados o adheridos indebidamente en el Poder Judicial, nos demuestran su bajeza, su pobrísima formación como personas, el “puta mare” y “huevón” campean miserablemente en sus diálogos, permitiéndonos atisbar, qué contienen sus cavidades craneales; no precisamente la materia gris denominada encefálica, sino más bien otra de desecho; denominada fecal. Curiosamente, el verbo de los magistrados, es idéntico o similar al de la peores y más avezados delincuentes.
Aún de no podérseles probar los delitos de función cometidos deberían ser expectorados de este poder del estado, por el vocabulario soez y altamente grosero que emplean; patanes y delincuentes de la más baja ralea. Es muy comprensible y fácil de entender, el penoso sentimiento que aflige en estos momentos difíciles al gremio de profesionales del Derecho en todo el Perú, es un duro reto que vencer para los hombres y mujeres que ostentan tan preciado título; “vergüenza ajena” para los probos y decentes, para los dignos y responsables. La sociedad San Martinense, sorprendida con justificadas razones por hechos tan aberrantes, de seguro que no generalizará en su censura. Conocemos muy de cerca trayectorias notables de mujeres y hombres que han honrado la profesión del Derecho en la Región San Martín.
Hechos tan nefastos como el que ocurrió en el Callao, deberían servirnos de acicate para empeñarnos en la labor de detectar a quienes actúan delincuencialmente en los campos del Derecho en la Región. El índice acusador deberá señalar a quienes trafican con la profesión, para defenestrarlos del poder Judicial.
“La Justica es ética, equidad, honradez, es la voluntad constante de dar a cada uno los que es suyo. Es aquel sentimiento de rectitud que gobierna la Conducta y hace acatar debidamente los derechos de los demás ¡Honor y Respeto a los profesionales probos del Derecho!