23.8 C
Tarapoto
viernes, abril 19, 2024

Ofensiva anticapitalista contra semáforo nutricional

Luego de que el Congreso de la República aprobara el sistema de semáforos nutricionales para el etiquetado de los alimentos industriales que establece los colores rojo, amarillo y verde para señalar si un producto industrial tiene niveles alto, medio o bajo en azúcar, sodio, grasa saturada y grasas trans los sectores que se oponen este modelo desataron una guerra de propaganda en base a mitos y leyendas que hacen empalidecer a todas las estrategias antisistema contra la inversión minera.

Como todos sabemos, esta guerra empezó cuando el Ejecutivo publicó un reglamento de Etiquetado de Alimentos y un Manual de Advertencias Publicitarias que copiaban el modelo de octógonos prohibitivos que solo se utilizan en Chile debido a la enorme influencia de la izquierda y que solo alertan de los niveles altos de azúcar, sodio, grasas saturadas y grasas trans.

¿En qué se basa la campaña de mentiras desatadas en contra del semáforo nutricional? Se sostiene, por ejemplo, que los octógonos prohibitivos se utilizan en la mayoría de países desarrollados. Absolutamente falso. Este modelo solo se utiliza en Chile, país en el que la obesidad se ha incrementado. En las sociedades desarrolladas se siguen las recomendaciones del Codex Alimentarius al que se han adherido 188 países, que establecen que las etiquetas de los alimentos deben informar sobre los componentes de un producto y evitar que causen miedo (el octógono solo causa temor). Por ejemplo, en una reciente encuesta de CPI, el 67% de los encuestados manifiesta su preferencia por el semáforo nutricional. Algo más: los países desarrollados que se oponen a las etiquetas prohibitivas tienen los mejores sistemas de salud y la esperanza de vida más elevada del planeta.

En este portal hemos reseñado los estudios de la especialista en neuromarketing Liliana Alvarado, en la Universidad de Harvard, que utilizando la medición de las reacciones oculares (eye tracking) y faciales (face reading) concluyen que el sistema de semáforos produce mayor atención y retención visual en el promedio de los consumidores, mientras que los octógonos prohibitivos solo causan rechazo.

Los defensores de los octógonos mencionan estudios e investigaciones que nunca presentan. Es más, líderes de la campaña anticapitalista contra la industria alimentaria como el reconocido oncólogo Elmer Huertas, defensor acérrimo e irreductible de los octógonos antes defendían los semáforos nutricionales en el Ecuador. En otras palabras, un típico lobby a favor de un determinado interés (que no censuramos) y que pretende disfrazarse de ciencia.

Pero lo más grave de esta campaña de inexactitudes son las cifras de incremento de obesidad que se mencionan, citando conferencias y eventos inexistentes. Una tremenda frivolidad en un país en donde el 43.5% de los niños padece anemia y en el que solo el 10% de la ingesta de alimentos corresponde a los productos industriales.

¿Cómo entender, pues, esta campaña liderada por el doctor Huertas y el ministro de Salud, Abel Salinas? A nuestro entender lo que está sucediendo en contra de la industria alimentaria es lo mismo que ha pasado en los temas del medio ambiente, los derechos humanos y las cuestiones de género, en los que la izquierda ha construido mitos y leyendas para avanzar en sus objetivos.

En el caso de la industria alimentaria el objetivo es enfrentar a los consumidores con las empresas, no obstante que la eliminación de la industria alimentaria solo nos llevaría a padecer las miserias que enfrenta el pueblo venezolano.

Artículos relacionados

Mantente Conectado

34,536FansMe gusta
264SeguidoresSeguir
1,851SeguidoresSeguir

Últimos artículos