Oiga Ud, cuando la administración municipal de Marina Aguilar como alcaldesa de la ciudad de Tarapoto pretendió darle otro uso a este área de recreación de los deportistas al pretender edificar oficinas para dársela al Ministerio Público como cualquier entreguista de los tiempos pasados; entonces un extrabajador del municipio en su calidad de presidente del Club Chacarita, puso su grito en el cielo e impidió realizar la obra a los que contra viento y marea lo estaban realizando; se acercó a ellos y con tono enérgico les dijo: “Un momento señores hagan un alto en sus pretensiones si es que no quieren tener problemas con la comunidad y si es que se proponen hacer lo que tienen en mente háganlo en otro sitio”
El enardecido Señor, de inmediato dio cuenta al vecindario y este no dudó en firmar un memorial pidiendo a la autoridad retire su proyecto ésta la entendió y así evitó el divorcio entre pueblo y autoridad.
Mire Usted, como la dinastía Federico Pinedo sigue existiendo le sucedió su hijo Derlis Pinedo, trabajador municipal al que le está saliendo la cosa al revés porque es el vecindario que se opone férreamente a su apetitoso proyecto sostenido por el Club Chacarita, cuyo campeonato ya se institucionalizó; en buena hora señor, pero en cancha abierta, sin techos, escuchen bien sin techos, ni lugares de negocios.
Hasta el momento la constructora esta parada, quizá entendió que mientras no se ventile el tema no podrá mover sus máquinas ni personal. La privatización de este lugar no está en el cerebro de los vecinos, ya se los advirtieron que nadie está en contra del desarrollo, pero si ocasionar daños ni molestias a quienes por años la utilizaban como campo libre, argumento creo suficiente como para que rectificar la buena intención y que no se siga prolongando el tiempo; oiga se viene los Juegos Escolares, la pelota está en la cancha señores