Las muestras de la lucha contra la corrupción, en un país harto de los escándalos, deberían ser parte de las estrategias que establece el gobierno.
Ha salido en los últimos días don PPK, ha decirnos que va a establecer una serie de controles y que parte de las medidas que piensa establecer por decreto tienen que ver justamente con la lucha contra la corrupción, pero entonces pasa algo que saca a todo el mundo de cuadro. Don PPK, de manera absolutamente contradictoria se reúne con uno de los jefes de Estado más cuestionables de nuestra historia republicana. Se trata de don Alan García, en cuyo último gobierno (porque hablar del primer se necesitaría miles de páginas), se han dado escándalos como el de los Petroaudios, los Narcoindultos, los colegios emblemáticos, la estatua de un Cristo que le construyó una de las empresas más corruptas del mundo, entre otras cosas que suman como para considerar más de cinco veces, si es que te ves salpicado de corrupción, la posibilidad de reunirte con tan obeso personaje.
PPK que no es ningún novato, tuvo una entrevista con don Alan y ambos se elogiaron mutuamente. Si es que dos presidentes del Perú merecen la cárcel, uno es Alberto Fujimori y otro es Alan García, a juicio de este columnista. Pero nuestro presidente, recién electo, le llama para una entrevista y recibir sus consejos. ¿Para qué? ¿Por qué?