La tragedia ocurrida en nuestro país con los bomberos, vuelve al tapete la discusión de las condiciones en las que trabajan, las necesidades que tienen y nadie les da, las migajas que reciben de parte de las autoridades y la indiferencia de los peruanos.
Lamentablemente solo nos preocupan cuando hay incendios grandes, cuando sentimos de cerca la desgracia, cuando el fuego nos arrebata un ser querido, pero antes de eso, ni las autoridades ni la población se preocupa por buscar iniciativas para mejorar las condiciones.
La desgracia directa de los bomberos, ahora mártires del país, ojalá que haga que desde el gobierno central, regional y local se vean presupuestos para hacer que sus trabajo se realicen en mejores condiciones, que cuando salgan a salvar vidas no solamante se sientan seguros, sino que cuenten con un seguro que, de ocurrir percances, desgracias que pueda cubrir las atenciones a ellos y en la fatalidad a sus familiares.
La Municipalidad de Lima, les entregó a sus familiares la Medalla Cívica de la ciudad, el Gobierno les hizo un reconocimiento póstumo, que en nada alivia el dolor y estoy segura la rabia de no tener a sus héroes con ellos, por un hecho fortuito, que recién hizo reconocerlos cuando no lo hicieron en vida.
#GraciasPorTanto #PerdonPorTanPoco es el hashtag creado donde muchos peruanos dieron a conocer su pesar, incluso se anuncia una marcha por los bomberos el 5 de noviembre.
Si realmente respetamos el trabajo de los hombres y las mujeres de rojo, enseñemos a nuestros hijos, a nuestras hijas lo que significa el respeto, varias veces nos dijeron que hay llamadas falsas de supuestas emergencias y no solamente de pequeños, hay también tremendos irresponsales que afectan el verdadero significado de una emergencia, distraen y quitan el tiempo.
A ellos, a ellas, nuestro reconocimiento, HOY, no cuando se hayan muerto.