Hoy la quinua de uno de los pueblos más pobres de La Libertad llega a los mejores restaurantes del Perú

Muy lejos, en el Ande, en donde nacen las aguas que alimentan a la Amazonía, existe un lugar en el que Amazónicos por la Amazonía, (AMMPA), ha derivado sus esfuerzos para salvar el páramo, ecosistema ubicado en la Concesión para Conservación Alto Huayabamba, utilizando para ello una planta de conocidas propiedades alimentarias.

Se trata de la quinua que crece en un lugar que deja pasmado a cualquiera, pero también de condiciones duras para los seres humanos. Estamos en la provincia de Bolívar de la región La Libertad.

Esta es Bolívar, una ciudad de aproximadamente quince mil habitantes ubicada a tres mil doscientos metros sobre el nivel del mar. Uno de los pueblos con mayores índices de pobreza de la región La Libertad, lo que se debe a su difícil acceso. Para llegar desde Chachapoyas, por ejemplo, puede tomar hasta 12 horas, atravesando tres regiones. Otro problema es la falta de mercados para sus productos.

Marco Gutiérrez, jefe de la Concesión para Conservación Alto Huayabamba, refiere que la población se dedica mayoritariamente a la ganadería y la agricultura. “Lastimosamente, en estos últimos años se ha ido perdiendo la poca agricultura que quedaba. La gente se dedica fundamentalmente al trigo y al maíz, por lo que hubo que cambiar la forma de ver de los pobladores para convencerlos de sembrar quinua, un producto que apenas se sembraba en los bordes de los terrenos”, refiere.

Las razones para ir tan lejos
Pero por qué Amazónicos por la Amazonía desarrolla su labor en un lugar tan distante como Bolívar. Sucede que Bolívar es una provincia limítrofe de la región San Martín, la provincia de Mariscal Cáceres y el distrito de Huicungo. En Huicungo se encuentra un sector de la concesión para conservación Alto Huayabamba que administra AMPA, por lo que todo lo que se hace en materia de agricultura o ganadería en Bolívar tiene un impacto directo en el área protegida.

Si las actividades económicas se consolidan en La Libertad, menos necesidad tendrán sus pobladores de trasladarse hasta la región vecina y por lo tanto a la concesión para conservación, que es realmente bella, la principal reserva de agua de la región San Martín.

Es por ello que se ha considerado la firma de acuerdos de conservación, los mismos que garantizan que los agricultores, si es que quieren participar del proyecto de quinua, deben evitar realizar más actividades al interior de la concesión para conservación. Lo que AMPA entrega a los agricultores es un paquete tecnológico que ha probado que en poca superficie puede cosecharse de manera exitosa el producto.

De ello es testigo Aldo Gaspar, el presidente de la asociación de productores de quinua de Bolívar, quien refiere que ha logrado una rentabilidad del 50%, algo que es imposible con los otros productos que existen en la zona. “Con la firma de los acuerdos de consevación, pensamos que en un corto tiempo podremos alcanzar la certificación orgánica”, refiere Iván Bazán, especialista de

Economías Verdes de AMPA.
Lo cierto es que la quinua de AMPA es utilizada por los mejores chef de los restaurantes gourmet de la capital de la república, lo que también es un motivo de orgullo para las casi 40 familias que se benefician de esta siembra. Pero no solo sirve para saciar el apetito de los que pueden pagar un platillo caro, sino que además se ha iniciado en Bolívar un proceso de reconversión de la alimentación. El mercado interno empieza a consumir mucha quinua orgánica y los que ganan son los niños que han mejorado su alimentación y eso se puede observar en los exámenes clínicos que se realizan, en donde se observa que muchos han salido de la anemia, que no aporta para que obtengan una buena educación. Con buena alimentación y buena educación, todo pueblo es capaz de salir adelante. Hacia eso va Bolívar. (LQB)