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jueves, marzo 28, 2024

¿Merece Keiko el beneficio de la duda?

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La estrategia fujimorista consiste y consistió en vender la imagen de un neofujimorismo, en este objetivo se ensayaron mil poses, decenas de declaraciones y más un acto táctico como el de no llevar en la lista parlamentaria a fujimoristas de la vieja guardia, como Martha Chávez, Aguinaga o Cuculiza. Se esforzó la aplicada candidata también en obedecer al pie de la letra los consejos de sus asesores de ofrecer, por ejemplo, indemnizaciones a las miles de mujeres esterilizadas durante el régimen dictatorial de su padre, implementar las recomendaciones de la Comisión de la Verdad y aceptar que en el Gobierno de su padre se cometieron delitos, al tiempo que repetían el estribillo ‘Keiko es la candidata, Alberto Fujimori no tiene nada que ver’, y hasta ensayaron supuestos choquen entre la candidata a fin de que en la apariencia represente el neofujimorismo versus su hermano que supuestamente era la bocina que replicaba lo que pensaba el preso de la Diroes.

A la luz de los actuales hechos, nada de esto es verdad, pura pose, la más cínica de las mentiras, pues no hay neofujimorismo como tal, Fuerza Popular es la continuidad de toda la sopa de letras que Montesinos y Fujimori idearon y armaron desde los 90’. ‘Cambio 90’, ‘Nueva Mayoría’, ‘Perú 2000’, y hasta ‘Factor K’, la esencia es la misma, el coctel también, lo que ha ido cambiando es la etiqueta, maquillaje y retoques que no alteran el producto.

Para los incrédulos, basta detenernos en el caso narcotráfico y tendremos que es difícil que esta organización nos convenza que está al margen de este flagelo, lo último data de hace dos semanas en que se descubrió que el entonces secretario general de Fuerza Popular Joaquín Ramírez está involucrado en una investigación llevada a cabo por la DEA, que no es otra cosa que la continuidad del modus operandi de esta organización que tiene en su haber casos como la droga encontrada en el avión presidencial que utilizaba el jefe de la banda, y luego el cargamento de droga encontrada en almacenes de empresas vinculas a Kenyi, que amenaza con ser el siguiente candidato presidencial del fujimorismo, seguramente con nuevo nombre y con el mismo cuento que será un renovado neofujimorismo.

Y como si esto fuera poco, hoy estamos ante el escándalo del candidato a la vicepresidencia José Chlimper el mismo que obtuvo y entregó a un directivo de Panamericana Televisión un audio manipulado con el intento de hacer parecer que el denunciante de Joaquín Ramírez se retractaba de lo que había dicho, es decir un intento de torcer la verdad sobre la investigación por narcotráfico al que ocupa el principal cargo en el fujimorismo. Si no hubiera sido por la periodista Mayra Albán, que dio a conocer que el audio que Panamericana había difundido había sido manipulado, los peruanos nos una vez más ubieramos sido presas de las triquiñuelas fujimoristas.

No olvidar que el denunciante Vásquez no solo no niega el testimonio que dio al periodista de Univisión y Cuarto Poder, sino que se reafirma en él. Estas prácticas fujimontesinistas, no son otra cosa que la antesala de lo que sería un segundo gobierno fujimorista.
Mientras esto sucede Keiko sigue usando las camionetas de su exsecretario general, sigue despachando en sus edificios, y como todos hemos sido testigos, no lo expulsó, esperó tres días desde que saltó el escandalo para esperar que este de un calculado ‘paso al costado’; sobre su vicepresidente tampoco lo vemos enérgica. ¿Por qué será?, sea por lo que sea, lo puntual es que no estamos ante meras dudas, subjetivas sospechas, sino ante hechos reales y contundentes que hacen que los peruanos atentos, con memoria y autoestima no le otorgamos el beneficio de la duda. Peruano que se respeta, y quiere a su patria lo defiende y vota no a Keiko.

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