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viernes, abril 19, 2024

Calidad de gobierno

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En esta época en que se habla de Calidad como sinónimo de lo óptimo en todos los aspectos de la vida humana: “calidad de vida”, “calidad de servicios”, “calidad de producción”, “calidad del conocimiento”, “calidad de gestión” etc, etc, obviamente la condición fundamental para que esto se realice es la “calidad de gobierno”. Sin un gobierno que garantice una gestión de calidad, ninguno de los otros índices de la misma, podrán ser llevados a cabo.

Estamos ya en el último tramo de la campaña electoral y en esta partida se juega el futuro del Perú para los próximos 20 años por lo menos. Sin embargo, no se ve que los peruanos estén decidiendo su voto en función a la calidad de gobierno que se les ofrece. Un sector del 30 % más menos está fanatizado y embobado con el legado de un dictador que les dio algunas migajas materiales pero bajó la calidad de la moral pública y envileció las instituciones.

Existe un sector más reflexivo y cultivado que pretende que tengamos un gobierno de calidad, pero que no se toma el trabajo de separar la paja del trigo y cree superficialmente que ambas ofertas electorales son lo mismo. Claro que no es así. Basta con tomarnos el trabajo de revisar no sólo los planes de gobierno –que difieren tanto en volumen como en calidad de propuestas- sino en los equipos de personas que rodean a ambos candidatos para que se aprecie la diferencia.

El equipo de Pedro Pablo Kuczynski está conformado en su totalidad por profesionales y políticos de intachable trayectoria en sus respectivos campos de acción. Vemos gente como Martín Vizcarra, que ha tenido un éxito impresionante en la región Moquegua y que además no se puede decir de él nada que atente contra su honra; por eso a PPK le molestó tanto que la candidata de la dictadura calumniara a su Vicepresidente. Lo mismo se puede decir de un aliado tan importante de PPK, como César Villanueva, ex Presidente Regional de San Martín.

Existen otros personajes de los cuales el equipo de PPK puede enorgullecerse. El incorruptible Gino Costa, el valiente y emprendedor Carlos Bruce, la carismática técnica económica Mercedes Aráoz, el exitoso ex alcalde de San Miguel, Salvador Heresi, el ideólogo y político de valía y nunca cuestionado Juan Sheput., el joven profesional y político Alberto de Belaúnde, hijo del gran demócrata Javier de Belaúnde, etc etc..; gente que enriquece no sólo al equipo de campaña, sino que –junto con muchos más- serán los más valiosos aportes en un eventual gobierno de PPK.

Pero por el otro lado ¿Qué se puede decir de la gente que rodea a Fujimori? están los corruptos de la vieja guardia esperando su momento, como Martha Chávez y Jaime Yoshiyama, que hoy gozan de libertad, sin contar a las decenas de encarcelados por corrupción y delitos de lesa humanidad que esperan el ansiado momento del indulto que sin duda les otorgaría la flamante cachorra de dictador. Y personajes oscuros como Joaquín Ramírez y sus allegados, investigados por la DEA por narcotráfico y en el Perú por lavado de activos.

Existen otros como José Chlimper, ministro y colaborador del dictador encarcelado desde 1995 hasta el 2000 y autor de los recortes a la CTS de los campesinos, gente como Aguinaga, el Dr. Mengele del fujimorismo, que ordenó la esterilización forzada de más de 300,000 mujeres campesinas, con la consecuencia de casi un centenar de muertas en el proceso; el impresentable Becerril, que despotrica y ansía el memento de llegar al poder. La inefable Luz Salgado, una caja de Pandora de todas las atrocidades de Fujimori, desde su traición a Cambio ’90 en 1992, de la cual ella era dirigente y a lo que se allanó sin problemas.

Y ahora pretenden decir que gobernarán en consenso cuando lo que se viene si es que llegan al poder es una dictadura al mejor estilo del viejo dictador, con viejas y nuevas caras, con libertades conculcadas y conciencias compradas, como ya lo estamos viendo en la mayoría de medios radio televisivos cuyos conductores, como Lúcar, ya han perdido toda vergüenza y parecen haber regresado a la época de su suegro Crousillat.

En realidad la calidad de gobierno que nos espera depende sólo de nosotros los peruanos. Si votamos por la hija del dictador y su camarilla narco corrupta, o en blanco o viciado, estaremos sellando nuestro destino para los años venideros, si en cambio, nos fijamos en la incomparable experiencia de gestión de Kuczynski, acompañada de su honestidad nunca cuestionada y de la gente que lo acompaña, sin antecedentes oscuros sino todo lo contrario, entonces tendremos un gobierno de calidad que nos lleve al desarrollo.

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