Esta área es cuidada por la Asociación de Conservación Alto Cachiyacu en la Cordillera Escalera

Por: Lenin Quevedo Bardález

Hoy amigo Nómada haremos un camino recontra retador, desde el inicio. Estamos rumbo hasta la asociación Alto Cachiyacu, que es un lugar mágico, pero para ver tanta belleza aún hay que sufrir un poco y ese sufrimiento se vive en esta carretera de aproximadamente 6 kilómetros desde Tarapoto que es bien complicada por el barro, como consecuencia de las lluvias de los últimos días.

Después de 30 minutos llegamos hasta donde debemos dejar las motocicletas. Es casi un alivio abandonarlas pero no solo por la agotadora ruta, sino porque el camino es realmente bello y da ganas de recorrerlo. Es increíble saber que en la zona se vivía un saqueo constante. Según nos cuenta el asesor técnico de esta asociación, Frits Ruiz Pérez, antes los grandes madereros de Tarapoto extraían especies forestales de la zona, causando enormes daños.

Estamos ya también en el territorio de la Asociación para Conservación Alto Cachiyacu en la Cordillera Escalera. Nos dan la bienvenida estas rocas enormes que le dan una forma bien agradable a la ruta. Más allá, empieza a ponerse mejor, cuando todo el paisaje, desde escaleras hasta roca, obtienen el color verde. Aquí están enormes tubos que le pertenecen a la empresa de agua EMAPA San Martín, pues de aquí cerca se recoge el agua para distribuirla a la mayor parte de tarapotinos. Desde aquí parte el agua que varias decenas de miles utilizan para labores diarias. Ni se imaginan que viaja de un lugar tan lindo, hasta nuestras casas.

Pero eso no es lo mejor que nos muestra el área de conservación en este sector, en Alto Cachiyacu. Más adelante se encuentra un tobogán del bosque que usted debe probar. En nuestro grupo nadie se animó a hacerlo, pero todos cuando menos hemos quedado maravillados por este lindo accidente del camino.

Subimos nuevamente a las motocicletas y ahora vamos hacia un desvío que nos llevará hasta un maravilloso mirador. Pasamos por algunos campos de cultivos y nos quedaremos en un pequeño tambo hasta mañana pues la hora nos ganó. Desde donde estamos se ve la carretera a San Antonio de Cumbaza. También tenemos una hermosa vista del atardecer que agradecemos profundamente. Es hora de dormir, hasta mañana amigo nómada.

Al día siguiente
Muy temprano reiniciamos la ruta. La mañana nos sorprende con un paisaje lleno de neblina, muy lindo, algo inusual en nuestras calurosas ciudades. Ingresamos al bosque y aún quedan algunas huellas del saqueo del que fue víctima este espacio en forma de pequeñas carreteras, como trochas para arrastrar la madera.

El suelo, tal como lo evidencian nuestros acompañantes, es como de cuento. Nunca había sentido un suelo tan lleno de raíces que parece una cama con resortes.

Tras un poco más de una hora, hemos llegado casi al final de nuestra ruta. Ahora debemos caminar por el desfiladero y el paisaje a ambos lados es una maravilla. Este lugar nos recibe con un cielo cerrado, lo que no nos permite ver lo que existe en los alrededores.

Se abre un poco el cielo y nos deja ver una enorme cascada de más de 100 metros, según nos comentan ubicada a más de tres horas de donde nos encontramos… Pronto tendremos que visitarla, pero no será en esta ocasión.

A estas alturas nos sentimos conectados con el todo. Este es un ejercicio que sin duda es muy recomendable para quienes aman a la naturaleza y para los que viven en Tarapoto es un reto que no debe dejar pasar antes que la vida se la cobre con usted.

El paisaje es una enorme extensión de bosques sin manchas, lo que da mucha esperanza, pues desde las ciudades muchos creen que cosas como esta ya no existen y están a apenas unos cuantos kilómetros de sus ojos, muy cerquita de sus pies.

No solo se ve un bosque maravilloso sino que además al otro lado, nada más con voltear, uno se encuentra con la ciudad de Tarapoto. También pueblos, como San Antonio, San Pedro y Sna Roque de Cumbaza y hasta un poco de Tabalosos y Aucaloma.

Todo esto y mucho más en este lugar bendecido, cerca del que vivimos. Amigo Nómada, acá nacen las aguas que usted utiliza para todo, desde para lavarse la boca, hasta para irse al baño. Así que cada vez que las utilice, tome en cuenta que vienen de un lugar tan bonito y merecen alguito de respeto y cuidado.