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viernes, marzo 29, 2024

La llave del placer

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Para encender una lavadora, se debe presionar el botón de encendido por un cierto tiempo y con una cierta intensidad. Si la presión que le aplicas es muy suave, no pasa nada. Si es muy fuerte, la máquina empieza a quejarse con un sonido chillón. Una vez que dominas la técnica todo es muy sencillo: se encienden las luces, arranca el ciclo hasta que llega a su punto más álgido y, al final del proceso, acabas con una montaña de ropa húmeda con olor a limpio. Con el placer humano ocurre lo mismo. Depende cómo te tocan para que se enciendan las luces del amor.
Maremoto sensual que está seguido por un periodo de relajación, de satisfacción y de sosiego. Es el placer más intenso que un ser humano pueda sentir, como si un relámpago pasará por la columna vertebral.

Las plantas de mis pies se ponen calientes, siento un hormigueo que va subiendo por mis piernas que se ponen en tensión, hasta que hay una especie de explosión y es como si todo mi cuerpo se liberara.

¿Llegaste mi amor? …(se esboza un sí, cuando en realidad sabemos que no es así) El orgasmo masculino es mucho más fácil de detectar, pero el orgasmo femenino, muchas veces es fingido.

El cuerpo de una mujer es como un violín, se necesita un artista para entonar perfectamente las notas del amor. Una vez que se conoce el camino, se sabe dónde tocar, cómo acariciar o qué movimientos se debe seguir.

Quizá una amiga te haya dicho alguna vez lo increíble que fue el orgasmo que tuvo la noche anterior, pero ¿acaso increíble es indescriptible? No, si es que se llega. Son muchas las mujeres que no consiguen alcanzar el éxtasis.

Existen infinitas razones por las que todas las personas buscamos tener sexo y más allá de cuántos comportamientos sexuales existan, siempre hay una meta única en la mente de cada uno de nosotros: alcanzar el orgasmo.

¿De dónde viene esta ola de placer inconmensurable? ¿Qué ocurre en nuestro cuerpo durante el orgasmo? El orgasmo femenino es como estar enamorado: una nunca sabe lo que es, hasta que no lo disfrute.

“Estamos en condiciones de ir a la luna, pero no entendemos lo suficiente, sobre cómo funcionan nuestros propios cuerpos”, comenta el profesor de sexología de la Universidad de Roma, Tor Vergata Emmanuele Jannini, quien lleva años esforzándose en desentrañar el misterio del orgasmo femenino.

El orgasmo proviene del griego “orgh”: desear ardientemente. Es la cima del placer sexual, que llega de repente, tras una fase de excitación, y dura unos pocos segundos. ¿De dónde viene un orgasmo? ¿Qué es exactamente? ¿Cómo se llega a él? ¿Por qué es tan agradable? El orgasmo femenino por lo general, se logra cuando se le estimulan las zonas sexuales con caricias preliminares, cunnilingus, masturbación o penetración.

Para algunas mujeres el sexo sigue siendo un tabú y conviven con su cuerpo, como si fuera una total desconocida. Y si bien a la hora del ring de las cuatro perillas, no hay una norma que pueda cumplirse con todas las mujeres, cada una siente cosas diferentes al tener un orgasmo. Pero… ¿cosas cómo qué?

Existe un centro de placer en el cerebro, este se enciende y se encarga de señalar qué es lo placentero y hasta de motivar a uno mismo para tocarse buscando placer. A este centro de placer también se le llama circuito de recompensa y funciona con distintos tipos de placer, desde el sexual al que se produce mientras nos reímos o hasta cuando se consume alguna droga, según indican los especialistas.

¡Bendito sea el clítoris! Tiene una concentración de más de 8000 terminaciones nerviosas y estos están conectados por nervios más largos, que se comunican con la espina dorsal, esa electricidad se dirige a través de estímulos hacia la espina dorsal, razón por la que, aquellas personas cuya espina dorsal está dañada suelen tener problemas para lograr un orgasmo. Y así, el cerebro actúa como un campamento militar a la espera de la carnada, cuando el orgasmo aparece, recibe ciento de bombardeos que le permite saber qué está sucediendo y lo bien que se siente. Todo, solamente para satisfacernos, una y otra vez.

Besos, caricias, masajes, palabras al oído, ¡los necesitamos! Cuantos más, mucho mejor. El clásico juego previo es necesario para encontrar la llave del placer…

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