26.8 C
Tarapoto
jueves, marzo 28, 2024

El ocaso del ALBA

02

Los últimos acontecimientos en Venezuela son una mala noticia para todo el sub continente latinoamericano, en especial luego del impecable triunfo en Argentina del opositor Macri en elecciones transparentes que definen los límites a que se puede llegar en una forma de gobierno que no se atenga a los parámetros económicos del neolibelaismo, como el de los 12 años de los Kirchner, pero que sin embargo sabe reconocer hasta dónde se puede llegar para evitar que un país se hunda en la anarquía y el caos, como está a punto de suceder en Venezuela.

Bien por Cristina Fernández, quien dando una muestra de pragmatismo y respeto por la democracia representativa, no sólo organizó elecciones limpias sino que reconoció inmediatamente el triunfo de Macri, que indudablemente señala un cambio de rumbo en la política gaucha, pero que si se hubiera dado en un ambiente enrarecido por la falta de libertades y una dictadura quitándose la máscara de pseudo democracia, como en Venezuela, hubiera sido inmensamente dañina para el país del sur.

“Los dioses ciegan a quienes quieren perder”, decían los antiguos griegos, y el obispo Charles – Maurice Marqués de Talleyrand, Príncipe de Benevento y Ministro de Relaciones Exteriores de Napoleón, sentenciaba, con el cinismo que lo caracterizaba, cuando el emperador hizo ejecutar al Duque de Erfürt, hermano de Luis XVI, y exilado en Suiza de donde fue secuestrado: “Ha sido peor que un crimen, ha sido una equivocación”. Y los acontecimientos que siguieron y que años después terminaron con la batalla de Waterloo, le dieron la razón.

No se puede dejar de reconocer que a pesar de las evidentes amenazas y acciones contra la prensa libre en el Ecuador de Correa, de los proyectos megalómanos y crímenes contra los pueblos indígenas y la ecología del antes revolucionario Ortega en Nicaragua, y los planes de perpetrarse en el poder de Morales en Bolivia, sin embargo estas naciones, satélites de Venezuela en el fallido proyecto de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), han sabido mantener algunas formas democráticas, que si bien las ubican en el borde del autoritarismo descarado, les han servido para no cortar todos los lazos con el Occidente democrático y civilizado.

El asesinato a sangre fría de uno de los principales líderes de la oposición venezolana, en un mitin presidido por la esposa del prisionero líder opositor Leopoldo López, Lilian Tintori, y a quien al parecer iban dirigidas las balas, debido al rol protagónico que está teniendo en la política venezolana ad portas de las elecciones legislativas del 6 de Diciembre, no sólo descubre la entraña represiva del chavismo gobernante en Venezuela sino que, como ha dicho el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), el uruguayo Luis Almagro, “marca un punto de quiebre en las relaciones entre Venezuela y la comunidad democrática latinoamericana.”

Almagro ha sentenciado, y su voz ha sido escuchada por Obama en EEUU y Merkel en la Unión Europea: “La muerte violenta del dirigente opositor Luis Manuel Díaz constituye una herida de muerte a la democracia. Lo sucedido no es un episodio aislado, sino que se da conjuntamente con otros ataques realizados contra otros dirigentes políticos de la oposición en una estrategia que procura amedrentar a la oposición”. Almagro pidió al gobierno de Venezuela “actuar ya, pedimos el cese de toda violencia; pedimos transformar la contienda electoral en una fiesta y no en un ejercicio de fuerza, violencia y miedo; pedimos las garantías más absolutas para todos”.

Para que los venezolanos puedan participar con tranquilidad de las elecciones legislativas del próximo 6 de diciembre, Luis Almagro dijo que es necesario evitar los discursos cargados de amenazas, de pronósticos oscuros y desarmar a cualquier grupo civil armado, especialmente aquellos que dependen del gobierno o del partido de gobierno”. “No debe haber un muerto más, no debe haber una amenaza más. Es hora de ponerle fin al miedo. Cada muerto en Venezuela duele hoy en todas las Américas”.

En estas circunstancias y, a pesar de las amenazas de Maduro de constituir una “Junta Cívico-Militar” si la oposición gana las legislativas, sin embargo la suerte de Venezuela parece estar echada, el ocaso del ALBA certificado y el fin de la dictadura venezolana es –parece- sólo una cuestión de tiempo que se avizora que conseguirá el pueblo venezolano, aunque lamentablemente con más sangre, sudor y lágrimas.

Artículos relacionados

Mantente Conectado

34,512FansMe gusta
256SeguidoresSeguir
1,851SeguidoresSeguir

Últimos artículos