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viernes, abril 19, 2024

Otro año pasaba y el préstamo no salía

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La agradable cena lo estábamos pasando en casa del buen prestatario César de la Cruz Tananta, de Utcurarca, capital del distrito Alberto Leveau. Del equipo de visita estábamos el Ing. Mario Jesús Saco Campos, que ahora radica en la ciudad de Pacasmayo, Mayer Diomar Falcón Estrada y yo. Esas cenas que nos invitaban eran para envidiar y tanto, que ni Dionisio Romero Seminario, ni los poderosos consultores de hoy podrían haberse dado ese gusto. La escena corresponde a finales del año de 1983, época de la creciente de los ríos amazónicos, cuando el tema ambiental era aún desconocido en el léxico cotidiano. En una hazaña digna de Aquaman, César de la Cruz había capturado esa tarde un zúngaro en medio del río.

Eran esos años maravillosos del ex Banco Agrario, cuando un perito y cualquier otro funcionario del banco tenían un peso y a donde iba era recibido con todos los honores del caso. Los funcionarios del Banco eran personas realmente bien consideradas, pues, para ser sinceros, manejaban la plata y sus decisiones no eran observadas ni cuestionadas. Jamás sus decisiones fueron puestas en tela de juicio y eso es un honor que conservamos.

A la hora de la cena, mientras seguía una agradable tertulia como sobremesa, de pronto escuchamos por el parlante de la radio local un cariñoso como afectuoso mensaje musical dirigido especialmente al ingeniero Mario Jesús Saco Campos. El mensaje decía así: “El siguiente mensaje musical va dirigido al señor ingeniero del Banco Agrario del Perú, Mario Jesús Saco Campos, Perito de los distritos de Pilluana, Tres Unidos, Sauce y Alberto Leveaú, de parte del agricultor XXX, quien le dedica la cumbia ´Otro año´.

A todos nos sorprendió lo que acabábamos de escuchar. Obviamente sonreímos con cierta indulgencia y tolerancia y Mario Jesús tuvo expresiones de sorpresa, incredulidad y buen humor, cuando el tema, interpretado por Los Destellos, comenzó a sonar: “Otro año que pasa y esperando y esperando. (Bis). Se pasan los meses, se pasan los años, pero que pasa el tiempo pero tú no dices cuándo. (Bis). Otro año que pasa y…”.

El mensaje radial tenía un objetivo y era directo al mentón. En realidad, el agricultor ocurrente, desde que el ingeniero Mario Saco se hizo cargo de la zona del Huallaga, pugnaba por sacar un préstamo del Banco y él le venía diciendo, “para la otra campaña, hermanito”, y así iba ya por tres campañas y el préstamo no salía. Había razón para no darle el crédito, pues dicho agricultor era bien “duro” para no pagar, y siempre lo hacía en situación de “castigado”, cuando las deudas de esta categoría se provisionan y adquieren la condición de incobrables, como lo sabe cualquier funcionario bancario.

El agricultor no tuvo mejor idea que aprovechando la modernidad y la tecnología, intentar llegar al perito de la zona y obtener el crédito. Era una manera ingeniosa y creativa de enviar su mensaje para ver si de esa manera le ´ligaba´. ¿Qué desenlace tuvo esta historia? Ninguno de los protagonistas de esta historia lo recuerda. Hace poco, al visitar Utcurarca, pregunté por el agricultor, porque deseaba conocer el desenlace de la simplonada, si le había seguido “cabeceando” al Banco, pero hacía mucho tiempo que había abandonado el pueblo, encontrando solo a algunos de esos antiguos y buenos prestatarios que sembraban maíz en las partes altas del distrito.

La historia del ex Banco Agrario es rica y fecunda en anécdotas protagonizadas por sus propios servidores y por los agricultores, que poco a poco iremos escribiendo. Y desde ya un saludo a Mario Jesús Saco Campos y Mayer Diomar Falcón. A Mayer, el ingeniero Aquiles Menacho le había puesto de chapa PIP, porque era acucioso y de gran capacidad deductiva, mismo Sherlock Holmes.

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