A los 2 años los niños desarrollan un sentimiento enorme de iniciativa, es decir, surge en ellos una energía vital que hace que imaginen, quieran y planeen hacer cosas para investigar, conocer y transformar todo lo que les rodea.
Nuestros niños a los dos años desarman juguetes y todo lo que pueda estar a su alcance para ver qué hay dentro, más aún si hay sonido o luces o está en la cartera de mamá; arrimar los muebles del comedor y perseguir una fila de hormigas para averiguar dónde está su casita, es natural en ellos.
Preguntar el por qué de las cosas, ser grandes imitadores, siendo muy ordenados nos ayudan a colocar cada cosa en su lugar; imitan también nuestros gestos, hábitos de higiene como cepillarse los dientes, cuidar su cuerpo y estar limpios, quieren lavarse y alimentarse solitos.
Justamente lo que nos transmiten todos estos hechos es este sentimiento que experimentan por primera vez: La iniciativa, y que si les damos la oportunidad de ejercitarlo, desarrollarlo y canalizarlo, se «instalará» en su vida y se mantendrá a lo largo de ella.
Brindemos a nuestros niños la oportunidad de desarrollar y fortalecer este sentimiento desde la infancia; si cuando son niños les cortamos la posibilidad de experimentarlo y hasta se sienten culpables por imaginar o planear cosas, o hacerlas como traer el uniforme manchado de pintura, estamos frenando el desarrollo de su iniciativa.
Por ello es importante aprovechar esta etapa crucial de los primeros años para el desarrollo de la iniciativa y de las decisiones en nuestros niños.
Esto les ayuda a ser independientes, y la autonomía que van logrando será necesaria para llegar a ser responsables.
Se debe empezar a incentivar desde bien pequeños; un primer paso sería dejar que tomen unas cucharadas de comida a solas, que escojan la ropa para vestirse, libertad para interactuar con materiales rugosos, pegajosos, lisos, grandes, pequeños, pesados, livianos; otro ejemplo, la interacción con otros niños. Todo con la intención ue sepan decidir y que tengan iniciativas.
También porque con los errores, aprenderán a rectificarse es parte de su crecimiento es parte de la vida.