¡La región no se vende! ¡la región se defiende!, es el grito al unísono que gritamos los sanmartinenses ahora, y retumba en nuestras gargantas la furia del sentir que parte nuestra se nos extirpa, pues aquella tierra natal que se ha constituido en nuestro espíritu y nuestro sentido de pertenencia como nuestro, como el amado departamento y/o la amada región al que se defiende e inmola incluso la vida propia, y al que nos vincula de modo inexorable a cada uno de nosotros con férreos vínculos jurídicos, históricos y afectivos.
La furia de ver pérdida más de 38.000 hectáreas de los territorios de nuestra región San Martín, nos lleva a escudriñar el pasado reciente. Allí aparecen los nombres de aquellos ciudadanos en los que el pueblo ha confiado la conducción de sus destinos y la defensa de sus derechos e intereses, y en los que inevitablemente se encuentra la defensa de la integridad territorial.
Ya en colectivo la sentencia fatalista reza: “los sanmartinenses nunca ganamos, siempre perdemos”; y a quienes dimos el poder para defendernos, para representarnos en el parlamento, para representarnos al frente del Gobierno Regional de San Martín (goresam), ya claudicaron, se hicieron del poder y se apartaron del soberano. Sumergidos en los complejos de la autoridad que gobierna, de quienes pretender hacer imperar su voluntad incluso sobre la ley, llenan la administración con sus amigos y compadres, y en la hora de la batalla la victoria es negada. Allí es cuando termina el territorio amado anexado e incorporado al territorio de un departamento aledaño.
En el escenario de la batalla perdida, en el flanco de vanguardia, allí donde están nuestros congresistas de la República, nuestro gobernador regional y sus funcionarios de la Autoridad Regional Ambiental. Ellos, derrotados, perdidos, sin estrategia, ya sin argumentos; negligentes y con impericias insalvables en su actuar. Vienen y convocan al pueblo, van a las plazas públicas, se colocan las caretas mentirosas, se visten de colores y llenan los corazones de falsos localismos y regionalismos, que no son más que la evidencia de un oportunismo político perverso de quienes pretenden en base a la demagogia mantenerse en el poder, y lo más grave aún, erigiendo las banderas de nuestra sagrada integridad territorial. Las mismas que quienes tuvieron la autoridad para defenderla, no lo hicieron; y hora pretende que ante la incapacidad de nuestros gobernantes el pueblo emerja violento y callejero, y enmiende la plana retorcida de la ignominiosa historia reciente.
Venga el pueblo ahora al frente, para develar traiciones de nuestros máximos representantes, quienes coquetearon y coquetean, con el poder económico y político imperante, para ser sus amigos y aliados en detrimento de nuestros pueblos amazónicos y de la integridad territorial de nuestra región.
Venga el pueblo ahora, para que cada uno de los ciudadanos se constituya en la reserva moral de nuestra región y de nuestros pueblos amazónicos, y nos convirtamos en activistas callejeros y decididos; valientes. Para no permitir que interés minúsculos se superponga a los sagrados intereses de nuestros pueblos y de la amazonia. Para no permitir que nuestra región sea desmembrada por intereses económicos vinculados a la industria de la palma aceitera, de la explotación forestal, del oro negro y del tráfico de tierras, asociados a la corrupción. Para no permitir que el ollantismo con Isla, con Pezo y compañía atenten contra la integridad de nuestro territorio. Que emerja el pueblo victorioso para exigir al Congreso de la República la conformación de una comisión que investigue las circunstancias internas y externas que han permito que la Presidencia del Consejo de Ministeros (PCM) agravie a San Martín con tal decisión.
Para exigir al GORESAM constituya un equipo técnico experto en esta materia, pues no solo la situación limítrofe con Loreto es la amenaza, sino también lo tenemos temas pendientes de resolver con la región Amazonas. Y finalmente, habiendo abdicado quienes fueron elegidos para defender los intereses de nuestra región, el pueblo asume ya su lucha con determinación.