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jueves, marzo 28, 2024

Cosecha con siembra

LOS

 

Solo espera cosechar quien siembra. No existe esperanza de cosecha si es que no se ha sembrado. Hoy sembramos odio, mañana cosecharemos odio. Si sembramos semilla de maíz, vamos a cosechar granos de maíz, ¿o se puede cosechar papa si se siembra semilla de maíz? Cada persona es arquitecta de su propio destino. La vida es la contante construcción de su futuro, la vida es de continua siembra. El futuro es hoy y es mañana. Por eso la abuelita dice: “No sé cómo llegué a tener setenta años si ayer nomás era inocente niña” No es que haré actos buenos cuando ya sea una persona adulta.

Cada instante de vida que Dios nos regala hay que vivirla intensamente haciendo actos positivos, porque la vida de mañana será al mismo tiempo de buena cosecha y de continua siembra. El que siembra tormentas, cosechará tempestades. El que siembra infidelidades cosechará infelicidades. El que siembra desatención al hijo pequeño, cosechará su indiferencia cuando ya sea persona adulta. Después no diga que su teléfono está malogrado. El que siembra la mezquindad de su afecto paternal, cosechará abundante desamor del hijo adulto.

Alto porcentaje de padres jóvenes vive el día a día muy ocupado en su egoísmo: Beber licor con mis “amigos”, ir a la discoteca con mis “amigos” y mi “flaca” del trabajo, el trabajo mucho me absorbe cuando en realidad ocupa bastante tiempo en las redes sociales, practicar mi deporte favorito en el campeonato interinstitucional, es el cumpleaños de mi “gran amigo”, ir al estadio a conversar con los “amigos” y pasarla bien, pasar momento agradables en el karaoke con la hermosa vecina.

¿Dónde están los hijos? ¿Dónde está la esposa? ¿Cuántos minutos dedica este padre a la familia? No pues, dejo el dinero diario para la comida y ¿qué más pueden querer? Yo tengo también derecho de divertirme y no sentirme “viejo” siendo muy joven. Claro, es la expresión auténtica del egoísmo, que la mayor parte del tiempo y del dinero familiar es malgastada por quien se supone debe pensar y actuar diferente. Cada instante de vida debe servir para hacer el bien, comenzando por casa, con la familia.

El Papa Francisco ha incidido bastante en el tema del fortalecimiento de la familia. Es que la familia es la unidad básica de la sociedad. Así como los organismos vivos tienen a la célula como unidad básica, la pared también tiene al ladrillo como unidad básica, la sociedad tiene a la familia. Cuando una célula se encuentra enferma, todo el organismo se enferma. Cuando un ladrillo se desmorona, la pared entera se viene abajo. Cuando una familia se desintegra, la sociedad marcha mal. Pocos integrantes de las familias deciden separarse tan alegremente, sino se da cuando el extremo egoísmo de una de las partes hace que se obnubile la mente y le endurece el corazón que no entra en razonamiento.

Cree en el presente que está haciendo bien, engañado por los placeres del egoísmo. Cuando despierte mañana, ya será tarde, han pasado tiempos valiosos que jamás serán recuperados. Ha sembrado egoísmo y cosechará fracaso. La cosecha se da cuando se siembra. Se dice que la vida es como el restaurante, que nadie se va sin pagar. Lamentablemente ninguna persona está en el nivel de Jesucristo. Él nos enseñó que hay que pagar con bien el mal que nos hacen. Por supuesto que no es fácil; sin embargo, hay que procurar actuar ésta prédica.

En este caso, la persona que hizo el mal tendrá que pagar su deuda en algún momento, aunque usted le haya pagado con bien, porque de todas maneras tendrá que cosechar lo que sembró. Si usted paga con bien, está sembrando el bien, por tanto se garantiza una buena cosecha del bien.

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