En un país adolescente, como diría Luis Alberto Sánchez, donde a lo largo de nuestra vida republicana lo constante ha sido la inestabilidad, la informalidad, el coyunturalismo, los cacicazgos, los mesianismos, los entreguismos, lo demencial como las de sendero, la corrupción institucionalizada que protegió y compartió Fujimori a su clon montesinos, o la traición como la de Iglesias al taita Cáceres en plena guerra con Chile, el saqueo y despilfarro como los de la época del guano y el salitre, o de los cambios camaleónicos como los de Humala, o las imposiciones que hacen tabla rasa a la democracia que dicen defender el APRA y el fujimorismo, irrumpe una coalición de centro izquierda con un hecho reconocido por propios y extraños como inédito en la historia política del Perú; pues, ayer domingo 04 de octubre realizaron elecciones ciudadanas, en las que miles de ciudadanos expresaron su voluntad para elegir al candidato que representará a esta coalición, sinceramente un ejemplo democrático que todos los partidos debieran seguir.
Mientras escribo el artículo no se conoce todavía quien gano en este proceso de elección interna, sin embargo, quien lo haga, tendrá la autoridad moral para decirle al país que luchará por fortalecer el sistema democrático y la institucionalidad de nuestra patria, claro que lo hará como solvencia de causa.
Seguro que no estuvieron en todas las provincias y distritos del país, seguro que la gran prensa lo minimizará y hasta quizás lo ignorará, pero no por eso dejará de ser un hecho inédito, ejemplarizador y portador embrionario de la receta que supere nuestra adolescencia, que nos permita ver el futuro con optimismo y esperanza.
Saludo el esfuerzo de los compañeros del Frente Amplio, el haber desplegado 354 Mesas de Votación a nivel nacional, incluso en zonas declaradas en estado de emergencia como Cusco y Apurimac, corresponde estar atentos a los resultados de este proceso, por lo menos por el momento ha ganado la democracia, ha triunfado el Perú.