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viernes, abril 19, 2024

Entierra a tu príncipe azul

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El príncipe azul es un personaje que se originó en varios cuentos de hadas, va al rescate de la dama en apuros, y típicamente debe emprender una búsqueda para liberarla de un malvado hechizo. Son héroes de varias historias del folcklore tradicional, entre ellas Blancanieves, La bella durmiente y Cenicienta.

A lo largo de la vida nos hicieron creer que la vida era un cuento de hadas, que el príncipe azul, la mujer de tus sueños, el hombre perfecto, la mujer ideal, el alma gemela existe. Y así nos pasamos media vida buscando ese amor perfecto, aquel que nos vendieron en las películas cuando éramos niñas, aquel que en las revistas aconsejaban, aquel que nos hizo llorar en las telenovelas. Un amor perfecto, sincero, alegre, lleno de pasión, respeto, dulzura, romanticismo, compañerismo. Un amor perfecto lleno de perfecciones, pero un amor irreal, así que dime, ¿quién es realmente el “amor perfecto”?.

Y es que no, el amor no es lo que las telenovelas cuentan, no es lo que las películas pintan, lo que las canciones delatan, ni lo que las personas a nuestro alrededor nos hicieron creer. El amor no tiene que ver sólo con besos ni caricias sexuales, esa energía es de otra naturaleza y sirve a otro fin. Ese es un paraíso que aparenta serlo. El amor perfecto NO EXISTE, no te lo creas, no lo busques. Entierra al príncipe azul, a la mujer ideal y entonces descubrirás que la belleza radica en la imperfección.

Lo que sí existe, es el amor inexplicable, ese que llega y de alguna forma te atrapa, y sin pensarlo quedas encantada, envuelta en ese sentimiento. Yo lo llamo amor verdadero, ese que se disfruta, pero también se sufre. Ese que por muchos años que pasen, seguirás amándolo igual que el primer día, incluso más. Ese, que cada vez que aparece una nueva arruga en la piel, das las gracias porque tú estabas antes de que ella apareciera. Es ese en el que maldices todos y cada uno de los momentos en los que no estuviste con esa persona. Ese, que sientes no en el corazón, sino en el alma. Es ese que incluso, a veces duele.
La persona que te ame de verdad estará contigo siempre, no sólo en los momentos felices de tu vida, sino también en los más amargos. Él será una persona en la que puedes confiar todo: sueños, temores, metas, inseguridades, etc., esa persona que te quiere y te valora tal cual y como eres, con defectos y virtudes. Que te respeta y respeta la relación. Esa que por voluntad y compromiso quiere y decide seguir aprendiendo y mejorando a tu lado, mientras comparten una vida juntos. Esa que a pesar de sus diferencias, entiende el arte de hacerlas encajar a la perfección, porque aunque no lo creas, en el amor no existen personas incompatibles, sólo existen personas con falta de interés.

Y sí, es muy posible que habrá discusiones, desacuerdos, pero el amor seguirá allí intacto, porque cuando se ama de verdad se hacen a un lado las diferencias y el orgullo, y sólo se estará dispuesto a hacer feliz esa persona y a amarla cada día más. Estar enamorado es fácil, pero amar es duro, porque el amor por sí solo no siempre lo puede todo, tienes que luchar para poder estar con la persona que amas, porque ese amor lo vale todo.

Por un amor verdadero luchas, y luchas con todas tus ganas, con todas tus fuerzas… Luchas y te esfuerzas como nunca, porque estás más motivada. Encontraste una razón, una razón verdadera, una razón que te inspira y te motiva a dar lo mejor de ti cada día, no sólo para una persona, sino para el mundo entero.

“No existen relaciones perfectas y mucho menos las parejas perfectas, lo que sí existen, son las personas que por voluntad y compromiso, deciden seguir aprendiendo y mejorando a lado del otro, mientras continúan compartiendo la vida juntos.” (Cuento Zen)

Así que deja de buscar el amor perfecto, no existe, y busca la persona correcta, esa que te hará sentir en casa con sólo un abrazo… aquélla que sólo con su presencia te hace sentir segura…Aquella persona que si no estuviera, todo tendría otro color… Otro sabor.

Yo enterré al príncipe azul que me torturaba en mis ideales amorosos y desenterré al hombre real. Ahora tengo a mi hombre perfectamente imperfecto. Aquel que no necesita bajarme el cielo y las estrellas, porque con su sola presencia y su romanticismo un poco fallido, me basta y sobra para ser feliz.
Feliz Cumpleaños mi amor, con subidas y bajadas, nuestra montaña rusa sigue funcionando, todo por nuestra historia sin cuentos de hadas.

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