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viernes, abril 26, 2024

Liderazgo y gestión de conflictos

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Tan solo escuchar la palabra conflicto para imaginar peleas, revueltas o guerras, sin embargo los conflictos son inherentes a la vida social, forman parte de la vida cotidiana debido a que son situaciones en la que dos o más partes con intereses u objetivos distintos se sienten en oposición; si son pocos, la vida puede ser aburrida, y si son demasiados pueden generar tensión.

Las causas principales de conflictos son falta de confianza, desavenencias, choques de personalidad, diferentes sistemas de valores y percepciones, diferencia de metas o métodos a utilizar, problemas relacionados con áreas de responsabilidad y autoridad, falta de cooperación, frustración, competencia por recursos limitados y no cumplir reglas y políticas. Quien tiene responsabili- dades de gestión debe comprender bien la naturaleza y las causas del conflicto en el trabajo y debe tener la capacidad de recurrir a diversos métodos para evitar y solucionarlos.

La vida social establece un gran número de conflictos. El individuo, presionado por los distintos grupos sociales a los que pertenece, experimenta conflictos personales. Hoy, la socialización del niño se tiende a considerar como un conflicto entre el individuo y la sociedad. La inadaptación social y las enfermedades mentales son conflictos psicológicos que de alguna forma fomentan distintos tipos de problemas sociales, como la delincuencia, la prostitución o el consumo de drogas.

En este contexto, siendo la educación, un instrumento crucial de la transformación social y política, tenemos que convenir que su propósito no es otro que formar una cultura de paz, opuesta a la cultura de la violencia, de la viveza criolla, del egocentrismo, de la ingratitud y de toda forma de corrupción, que pueda desarrollar esos valores, necesidades y potencialidades; todo ello dependerá de una adecuada gestión de conflictos, administrada por un liderazgo transformador, que logre que la educación en nuestro país sea vista como debe de ser el motor del desarrollo de la sociedad y tengamos asegurado en el futuro, excelentes ciudadanos, amantes del conocimiento, participativos y atentos a las necesidades de los demás.
A su vez, las instituciones educativas, requieren de un liderazgo que fortalezca la confianza y la fraternidad en las relaciones personales, que son factores fundamentales para el desarrollo de una vida armónica. El líder debe favorecer el trabajo en equipo; debe tener la capacidad de inspirar en los demás, dosis importantes de pasión, energía y, sobretodo, entusiasmo; así el líder en vez de mantenerse satisfecho en la ignorancia o aislado de la información, participará del trabajo en equipo, conciliará y diferenciará lo importante de lo urgente, contagiará perseverancia y realismo y tomará decisiones cuando sea necesario con la dosis justa de determinación y serenidad, lo cual posibilitará una institución con un clima generador de confianza y compromisos, lleno de sentimientos positivos e inspirador de creatividad; insumos necesarios para una cultura de paz.

Se hace conveniente ver el conflicto no sólo como un problema que perjudica a los miembros de la institución o grupo, ya que esto nos impide encontrar soluciones adecuadas y oportunas para el mismo, lo mejor es buscar diferentes formas de afrontarlo considerando los beneficios para las partes involucradas, reconociendo y aceptando las diferencias entre individuos y grupos respecto a valores, conceptos, aspiraciones y necesidades; siendo sincero con uno mismo y con los demás; dedicando suficiente tiempo y energía a conocer a fondo a las personas con quienes trabajamos para comprender sus valores y creencias; no suponiendo automáticamente que estamos en lo cierto y que los demás están equivocados; no poniéndose a la defensiva cuando los otros no están de acuerdo con uno; escuchando atentamente lo que la gente dice en realidad y proporcionando a los demás, medios adecuados de expresar lo que piensan y sienten.
En conclusión, el maestro líder no solamente deberá preocuparse de sus problemas, sino también por los de los demás y que cada día aprende algo nuevo dejando atrás todo acto de soberbia. Como líder es importante aprender a observar la realidad, asimismo analizar la información que le permita identificar los principales conflictos que se dan en la institución o comunidad; lo que le permitirá encontrar las formas creativas para resolverlos.

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