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sábado, abril 20, 2024

“Alianzas” y luna de miel económica: matrimonio indivorciable

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El secretario general del Apra, Roger Montalvo Cáceres, dijo hace ya regular tiempo, pero que aún es tan actual y que continuará siendo vigente por mucho tiempo. Dijo el referido secretario que el partido aprista peruano, no tiene candidatos como para que ganen las elecciones para el Congreso. Lo dijo con conocimiento de causa, y creo que tiene mucha razón.

Empezando desde el mismo jefe del partido, que viéndose imposibilitado de irse solos a estas próximas contiendas electorales para el 2016, empieza hablar de alianzas. Y las “alianzas” no son otra cosa más que el refugio de muchos políticos que siendo carentes de principios les importa absolutamente un pepino aliarse aún con el diablo para conseguir sus propósitos. Por ello ninguna “alianza” es creíble, porque no respondiendo ninguna expectativa del pueblo, responde solamente expectativas personales y grupales de aquellos que no dan el brazo a torcer para lidiar según ellos políticamente, cuando en realidad lo que están lidiando son sus propios intereses económicos.

En este asunto de las “alianzas”, ambos son carentes de principios y de ética política, tanto de aquél que convoca, como de aquél que es convocado. Es como el asunto de los sobornos, es culpable no solo aquél que recibe el dinero, sino también el quien los paga. Que esta analogía siendo delictiva, debe servirle al político para que tome conciencia que si es convocado piense dos, y mil veces, que está cometiendo un ilícito de principios políticos, si acaso lo tiene; y aquél que es el jefe de las convocatorias de las “alianzas”, como Alan García, a estas alturas de su vida política, no sería ya recomendable que siga quemándose, luego de haber pasado por dos períodos de gobierno (bastante cuestionable los dos, y sobre todo el último período, que si nuestras instancias judiciales, llámese jueces y fiscales, hicieran un trabajo libre e independiente , otro sería la realidad jurídica del señor Alan García); y si ese famoso sistema judicial que permite que a pocos años caduque la investigación de un procesado político, las cárceles estarían copadas de muchos políticos.

En fin, este es el país que nos cobija. Nuestras leyes jurídicas quizá sean las mejores, pero los que administran las mismas, no son los indicados, salvo casos excepcionales, de algunos jueces y fiscales, que hacen un trabajo pulcro y que por lo mismo muchas veces son amenazados y silenciados para siempre por la mafia de los sicarios que enlodan y ensagran a la vida política.

Esta amenaza por ejemplo está viviendo la fiscal que investiga el caso Orellana, siendo muchos los que están adentro, entre ex jefes de inteligencia, notarios y jueces, aún muchos están en libertad, donde la fiscal Merita, viene haciendo un loable trabajo de investigación, que tiene como principio jurídico irse hasta el último de las investigaciones, aun cuando esto le cueste la vida, pero ella sólida en sus principios manifiesta que con ella o sin ella, las investigaciones se irán hasta las últimas consecuencias.

Ahí tenemos un ejemplo de una fiscal, que no solo conoce el principio jurídico de su trabajo, sino sobre todo la solvencia moral de saber administrar justicia, que tiene lógicamente sus consecuencias de satisfacciones personales cuando a ese juez o fiscal no le tiembla la mano a la hora de dictaminar procesos pulcros de investigación y determinaciones firmes a la hora de las sentencias. ¿Hay algo que aprender de esto? Mucho.

Empezando por los políticos, que si quieren ganar una elección, gánenlo limpiamente. Sé que esto es utópico, pero es la prueba que todo político debe hacerse. Porque embarcarse para alcanzar un objetivo a través de “alianzas”, ya sabemos que ninguna agrupación o partido político llegó o terminó su período de gobierno con los que en algún momento los aglutinaron en su seno político, sino que pasaron de rama en rama como los legítimos camaleones a una agrupación que les empezaron a soltar piropos y como tal terminaron como tránsfugas políticos, mediocres, sin ningún sustento de imaginación política.

Es decir, políticos, que sin serlo nunca, nunca supieron ganar, y como tal nunca supieron perder. Por ello es que retomo lo que dije al principio de este mi artículo, cuando se expresó Róger Montalvo Cáceres, secretario del partido aprista, que su partido no tiene candidatos ideales como para hacerle la pelea a la oposición.

No hablemos tampoco de oposición política en el país, pues no existe, sino miremos nomás el panorama permanente del Congreso, que no habiendo oposición, únicamente existen las famosas “alianzas”, que por efecto de la camaradería parlamentaria, muchos son intocables para quitarles la inmunidad parlamentaria por ejemplo, y si acaso por ahí aprueban una ley, nunca va a ser contra ellos, como por ejemplo una ley que determine la no reelección de ese congresista.

Para los alcaldes y los ahora gobernadores regionales, para ellos la ley contra la reelección es determinante, pero para ellos, no se tocan absolutamente nada contra sus intereses.

Sino, miremos nomás en el Dpto de San Martín, de los cuatro que están llegando a un período infeliz, créeme, los cuatro, volverán a querer sacarte el voto una vez más, digno señor. Volverán con nuevos ensayos, tal vez con nuevas propuestas, y se justificarán con pequeñísimos aciertos y serán capaces de hacer cualquier cosa, ahora con más brío, para continuar sus lindísimas lunas de miel económica.

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