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miércoles, abril 24, 2024

La Concepción de los jesuitas

columna

Mientras que para el cristianismo la serpiente representa una forma adoptada por el demonio, la personificación del mal, quien nos indujo a través de sus mentiras a dejar el jardín del Edén, para las comunidades nativas de la Chiquitanía en la selva boliviana, es conocida como la dueña de todos los animales.

Es más, Bae Tupash, que es dios para ellos, son dos serpientes enroscadas que unen al cielo con la tierra. A la serpiente, le siguen en orden de importancia, el jaguar y el mono. Ellos tres, son, como diríamos, los aristócratas entre los animales. Otra vez, en la Amazonía, los animales estaban por encima del hombre.

Cuando llegaron los jesuitas a la chiquitanía, allá a inicios del siglo XVIII adoptaron ciertas tradiciones de este pueblo para acercarlos a los misterios del cristianismo. Por ejemplo, las columnas de las iglesias tienen la forma de dos serpientes enroscadas, como era Bae Tupash. Descubrieron además el buen oído musical de los chiquitanos y los instruyeron en el arte de interpretar música barroca. También le dieron forma a una de las ciudades más bellas de Latinoamérica, con su arquitectura y enseñándoles a tallar la madera. Sin los jesuitas, qué sería de la bella Concepción

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