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jueves, abril 25, 2024

Quiero sufrir, porque es mejor que estar sola

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Actualmente escuchamos sobre muchos casos del abuso o maltrato de las mujeres. Por eso es importante hablar sobre esta problemática y analizarla en detalle porque influye en la vida familiar y puede causar heridas en el alma, en el cuerpo o en los casos más graves puede terminar en la perdida de la vida humana.

¿Por qué encontramos parejas sin ningún tipo de violencia y parejas con el maltrato o abuso permanente? Aunque existen varias causas potenciales del maltrato, en general tienen algo en común- el encuentro de un agresor “apropiado” con una víctima “apropiada”. Se trata entonces sobre una combinación de pareja donde uno es dominante y el otro sumiso o uno tiende ser más independiente y el otro más dependiente. En el encuentro de dos personas de características opuestas como las señaladas, sucede que se complementan de una manera “insana”. Así pueden empezar a surgir los primeros signos del maltrato que tienden a ser más graves con el tiempo. Es importante darse cuenta que la persona maltratada es en gran parte responsable por quedarse en la posición de la víctima. Sin la decisión de cambiar la percepción de sí misma o sin la decisión de huir desde la posición de víctima se repite el círculo del maltrato y la persona se vuelve todavía más impotente.

Las relaciones íntimas se consideran mayormente fuentes de satisfacción para las necesidades fundamentales de los seres humanos, como la necesidad del amor, de satisfacción sexual, sentido de aceptación, de seguridad etc. ¿Pero uno puede amar a su pareja sin necesitarla? El sentimiento de necesitar a alguien inconscientemente produce miedo del rechazo y de la perdida de la persona amada, porque el organismo humano constantemente tiende a lograr el equilibrio interno y la perdida de la compañía significaría un gran caos e inseguridad. ¿Pero de dónde surge este miedo aveces incontrolable y angustiante?

Para entender mejor a nuestros sentimientos profundos es bueno buscar qué dolores e inseguridades percibíamos durante nuestra niñez. Si el niño percibe la insuficiencia de atención de sus padres o sus cuidadores, se despiertan los sentimientos muy profundos del miedo al abandono. Si los padres no prestan atención suficiente hacia su hijo, el hijo puede sentir que sus padres no lo aman y se afecta automáticamente la percepción sana de sí mismo. El niño empieza a crear los conceptos no adaptivos sobre sí mismo- que no tiene valor, que no se merece el amor- y esto puede causar la pérdida de su iniciativa, desobediencia o agresividad. No le importa que sus padres pudieran castigarlo porque de todas maneras su comportamiento provoca cierta atención de sus padres que es mejor que ninguna atención. En muchos casos, la insuficiencia o ausencia de la atención y del amor puede causar el abuso de las sustantivas adictivas que sirven como reemplazo de la satisfacción de sus necesidades. La insuficiencia de la atención puede movilizar el deseo desproporcionado de rendimiento y de éxito para mostrar a sus padres que sí se merece su amor.

En el cerebro del niño se empiezan a crear los rasgos disfuncionales del comportamiento que se repiten inconscientemente al llegar a adulto, dentro de la convivencia en pareja. Si la persona sufría en su niñez de la insuficiencia de la atención y del amor, en la adultez desea obtener lo contrario. Quisiera fundirse completamente con su pareja para poder alimentarse suficiente y sentir la aceptación ilimitada. Y si la pareja por cualquiera razón no quiere o no puede cumplir esta necesidad, surge el rasgo del comportamiento aprendido y bien guardado- conseguir la atención de la pareja a cualquier precio. Esta actitud puede causar frustración y luego agresividad en su pareja porque esta no alcanza a satisfacer la necesidad de la atención insaciable. Entonces finalmente no importa qué tipo de atención consigue, si será positiva o negativa. Porque mejor afrontar una pelea verbal, un terror psíquico, una cachetada, o un maltrato físico que no sentir ningún interés de su pareja.

Es importante saber que el maltrato sucede si la mujer está dispuesta a recibir este tipo de comportamiento de su pareja. Y va a durar hasta cuando la mujer decida salir de un círculo de ser víctima y vivir en sufrimiento. Una mujer que confía en sí misma, que siente el amor propio, que es independiente y asume la responsabilidad de lo que sucede en su vida, nunca permite que el hombre la trate mal.Y si no lo puede hacer sola, siempre puede buscar el apoyo de psicólogos u otros profesionales en este campo.

Mgr. Hana Simonová, psicóloga
985589334
[email protected]

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