El capitalismo ha hecho de la navidad una fiesta de mercado, de lucro, derroche y ganancia; lo mismo del día de la madre, ni que decir de la semana santa, la independencia nacional, etc.
La fiesta de los trabajadores también se ha reducido mayoritariamente a fiesta de frivolidades, de lujosos brindis de populares borracheras, en otras palabras se ha convertido el revolucionario 1° de mayo en pura farándula.
Carteles anunciando semidesnudas se han exhibido por todos lados, discotecas repletas con artistas elaborados por la grandes medios de comunicación, pero, ¿quién discutió sobre la realidad laboral en el país?, ¿a quién le importo en esta fecha reflexionar sobre las miles de trabajadoras del hogar que no tienen seguridad, que ganan propinas, que trabajan 10, 12 o 14 horas y que incluso muchas de ellas son obligadas a hacer el papel de objetos sexuales?
¿A qué empresa le interesó reunirse con sus trabajadores para que reciban charlas sobre el derecho que ellos tiene en la repartición de las sobre ganancias?, sólo por citar un ejemplo.
Simplemente festejamos en el marco de la melodía que nos impone el mercado, nos embriagamos con las cifras macroeconómicas que no llegan a los bolsillos del pueblo, nos contentamos con algo simbólico; si tuviéramos conciencia del significado del 1° de Mayo como gesta heroica de los trabajadores, de la sangre derramada y de los derechos que están en el papel y que muchos son burlados, incluido por el propio Estado, entenderíamos que esta fecha no es para una simple fiesta frívola, sino de lucha.
A quien le interesa que esto sea así, a quien le importa que el trabajador este despolitizado, que este atrapado en el escepticismo, que viva en la subjetividad y la ignorancia, simplemente a los explotadores.
A partir de esto es importante propiciar la inclusión en la agenda el problema de las miles de trabajadoras del hogar, afín de que sean tratadas dignamente, para que los miles de hombres y mujeres que están en la informalidad como moto taxistas, ambulantes, etc., accedan a trabajos dignos, así como los niños que son tratados como esclavos en los relaves mineros, etc.
Un país no puede sólo crecer en cifras, también lo tiene que hacer en el desarrollo y felicidad de su gente, tiene que cesar el trabajo y la explotación infantil, hay exigir a los empresarios que no desprotejan a sus trabajadores, que no le saquen la vuelta a la ley y que cumplan con pagarles todos sus beneficios, en otras palabras la fista de los trabajadores no debe ser más simple frivolidad.