San Martín entre el Gobernador Regional Víctor Noriega que no sabe lo que ha ganado perdiendo al fujimorismo y los esfuerzos por la resurrección de Nueva Amazonía
Dos acontecimientos políticos han marcado cierta pauta en los últimos días, por un lado, y probablemente la más importante, la declaración de Víctor Noriega de gobernar alejado de Fuerza Popular; el siguiente hecho lo protagonizó el movimiento político que gobernó San Martín ocho años, han pretendido resucitar de la mano de un trabajo elaborado por un consorcio de organizaciones no gubernamentales denominado – grupo propuesta ciudadana, el ensayo es un traje a la medida de Villanueva y como no podía ser más evidente se denomina: Estudio San Martín: Un viaje a la otra orilla, Villanueva haciéndose el inocente, declaró “fue una sorpresa agradable”, si no fuera que SEDISA está como financista del sastre, talvez nos comeríamos el cuento.
Respecto al denominado viaje a la otra orilla, creí que podría tratarse de los saltos de Villanueva en la política, de sus inicios por el partido socialista revolucionario, su paso por Izquierda Unida del que incluso fue candidato y luego de Somos Perú del que también fue candidato, su alianza con Perú Posible, su participación en la fundación de Fuerza Ciudadana de Susana Villarán, sus coqueteos con el APRA, la aceptación como premier del nacionalismo, y finalmente como hijo ejemplar y bien educado de la cooperación norteamericana USAID, entidad que es una de las financistas de la ONG que le confeccionó el traje a su medida, un estudio de estos saltos bien podría merecer el sugerente nombre, Villanueva: Un viaje a la otra orilla.
Respecto a la confirmación del rompimiento de Víctor Noriega, es bueno que el mismo aclare las cosas, ha rompido con el fujimorismo o sólo con Rolando Reátegui, lo digo, porque este fin de semana el secretario provincial de Rioja de FP, dijo que no hay tal rompimiento, esto guarda relación también con una declaración de Noriega que afirmo: nosotros hemos entrado como Fuerza Popular mantendremos esa posición, esta confusión proyecta dos escenarios. Si estaríamos ante rompimiento de Víctor Noriega con Rolando Reátegui, diremos que no pasa nada, que incluso pueda ser una simple pose, una apariencia escénica calculada, o talvez una reacción envalentonada y aislada de una autoridad que no se deja manipular de un congresista. En cambio si el rompimiento fuera con el fujimorismo como organización, estaríamos ante un escenario que bien merecería prestarle mayor atención. En fin, quien pierde al fujimorismo no sabe lo que gana.