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jueves, abril 25, 2024

Corazón de carne y no de piedra

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“Soy solidaria cuando no me cierro al otro, sino que dejo que entre donde se hallan mis sentimientos”.

En la vida lo más gratificante es vivir a plenitud, gozar de los tuyos, enamorarte, desear cosas materiales y por ende, obtenerlas, eso en algunos es satisfactorio. Yo vivía en ese mundo, en gozar individualmente de lo que comúnmente ayuda a sentirnos mejor como personas, claro, de una manera superficial.

Toqué fondo cuando mi sobrina fue diagnosticada con terrible e incurable cáncer, sus apenas ocho años hacían que esto fuera un verdadero drama, más aún cuando su estado anímico era motivador y con ganas de vivir. Hasta ese momento pensaba que estar en ese estado de salud nunca me pasaría ni a mí, ni a mi familia. ¡Grave error!, porque eso es más común de lo que nos imaginamos.

De esa manera poco a poco fue acercándome a conocer la verdadera felicidad. Fue en ese momento en el que conocí el caso de Johan García Banda, un niño de tan solo ocho años, que padece cirrosis hepática autoinmune, una enfermedad bastante rara en nuestro país, él necesita realizar un trasplante de hígado. Su valiente madre decidió ser la donante de hígado que su hijo requiere para seguir viviendo, porque las personas en espera para un donante son inmensas.

El colectivo de damas Manos Unidas conoció el drama de Johan y de inmediato movieron cielo, mar y tierra para generar un círculo solidario, así, empresarios como Paul Alarcón, Cecilia Sandoval, Ronald del Castillo, funcionarios y alcaldes, se pusieron una mano al corazón y unieron esfuerzo. El apoyo llegó de manera inmediata. Se tuvo el doble de esfuerzos realizando actividades pro salud, en donde la población pudo colaborar con esta noble causa. Sin embargo el viaje a Lima tuvo que ser adelantado, porque el estado de salud de Johan es grave.

Johan y su madre hoy están en Lima, tratados como pacientes ambulatorios, cuando su estado de salud requiere de un cuidado riguroso y en donde EsSalud actúa de manera inhumana, jugando con la vida de un inocente.

Muchos se colgaron del estado de Johan, acaparando cámaras y líneas en un periódico, fueron circunstanciales. Lo más horrorizante, es que el Comité de Damas del Congreso de la República, ofreció voluntariamente apoyo para la estadía de este paciente en la ciudad de Lima, algo tan sencillo para ellas, quienes no fueron llamadas, pero acudieron a él para brindarle esa esperanza de llegar a la capital para ser atendido y tener un respaldo en donde dormir y recuperarse después de la operación. Sin embargo, las señoras del congreso, simplemente se esfumaron, hoy por hoy sus promesas se las llevó el viento. Así como suena, una vil mentira a un niño que busca vivir.

Así es esta vida, casos como Johan, lo vemos a diario, ponernos una mano al corazón es tan sencillo cuando nos regalan una sonrisa y una mirada que pide a gritos VIVIR.

No nos burlemos de ello, aprendamos a tener corazón de carne y no de piedra.

Lo único que poseemos son doctores indiferentes en grandes hospitales. Johan está en Lima tratado de manera superficial, con una enfermedad tan delicada, en donde un descuido le podría costar la vida.

No dejo de preguntarme ¿cuántas personas son tratadas como simples animales con los que se puede jugar?, muchas de estas personas sufren a diario por no tener dónde dormir o qué comer. ¿Hasta cuándo pasará esto?, ¿hasta cuándo tomaremos conciencia de la importancia de la salud? y por sobre todo ¿hasta cuándo aprenderemos a brindar la mano y el corazón a quien de verdad necesita de nosotros?… La reflexión queda en ustedes.

Para Johan, cada día es una esperanza de vida, no muestra temor, pero sí muchas ganas de salir adelante. Su fortaleza y la valentía que lo caracteriza son admirables y sirven como motivación para que las personas se pongan de pie y ayuden a quienes más lo necesitan, un apoyo económico, un abrazo o el escuchar “todo está bien”, es incomparable en momentos en donde solo se tiene oscuridad, sin una luz de esperanza.

Hoy cumplimos la meta, Tarapoto superó las cifras de apoyo económico para Johan, cuenta con respaldo en Lima. Agradecemos a todas las personas que dieron apoyo económico, brindaron su tiempo y sobre todo su amor. Gracias en especial a los empresarios Paul Alarcón y Cecilia Sandoval. Gracias a Manos Unidas, Tarapoto les agradece por brindar todo de ustedes para hacer feliz a quien sufre.

Y por sobre todo, Johan todos estamos contigo y esto solo es una prueba, te esperamos para que nos regales esas sonrisas llenas de vida.

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