La carencia de política agraria brilla en el firmamento. La ejecución de uno u otro proyecto agrario se parece a uno u otro barco que navega suelto, sin rumbo, en la inmensidad del océano.
Es bueno delinear y construir la carretera, para que por allí transiten los vehículos, a sabiendas que llegarán a su destino.
¿Cuál es la visión de la agricultura en la región o el país? Es decir ¿cómo esperamos que sea la agricultura de aquí a veinte, treinta o cien años?
En el año 2,009, un equipo técnico elaboró un proyecto de agricultura sostenible, que comenzaba con el ordenamiento de la tenencia de la tierra en toda la jurisdicción ¿Por qué hacer esta actividad por trozos? La tenencia de la tierra es una actividad muy dinámica, de manera que si hacemos en partes muy pequeñas, al cabo de pocos años el trabajo vuelve casi a cero, porque han aparecido nuevos posesionarios y propietarios. Esta actividad debe hacerse en toda la jurisdicción, y a partir de allí, debe llevarse un registro general virtual en tiempo real, bajo el comando de un una autoridad autónoma agraria regional o nacional. La información además, muestra el uso detallado de las plantaciones de las parcelas. El enfoque de todas las actividades siempre sería regional o nacional y no se desarrollarían proyectos sueltos por buenas relaciones amicales o lazos familiares, sino, se ejecutarían pocos proyectos que abarcarían jurisdicciones completas y que luego se obtendrían resultados económicos, sociales y ambientales.
¿Qué se espera hoy de la agricultura? ¿Cómo queremos que sea la agricultura? Nos miramos y no tenemos respuestas. Es que el brillo de la carencia de política agraria es muy potente, que rebasa nuestras imaginaciones racionales. ¿Estamos haciendo chacras en tierras técnicamente recomendadas? ¿Cuál es la entidad o autoridad que lleva ese estricto registro? A este paso, avanzando sin brújula en el tiempo, la comunidad humana se quedará sin recursos naturales para su propia subsistencia. ¿Cómo se hará agricultura para la alimentación o para la comercialización, si estamos dejándonos arrebatar por las aguas de lluvias y los vientos, el poco suelo que aún tenemos? ¿Acaso no nos damos cuenta todavía que no habrá agricultura en el futuro si no hay suelo? ¿Por qué no rescatamos la tecnología agraria practicada por los Incas y Chachapoyas, referente a la conservación de los suelos agrícolas en andenes y terrazas?
El marco legal está vigente: La ley forestal, la ley de fomento a la agroecología y la ley de comunidades nativas. Estas normas establecen el respeto a los recursos naturales, a la interrelación del hombre con la naturaleza, la producción de alimentos sanos empleando insumos naturales y orgánicos. Los criterios técnicos existen en abundancia, así como los actores técnicos también. Falta entonces, la decisión política, la definición del norte que debe seguir la actividad agraria. Por decir, todas las parcelas deben estar tituladas, vigiladas en tiempo real: de sus linderos, de sus plantaciones, de sus fajas marginales, de sus bosques familiares. Toda la producción agropecuaria debe ser orgánica, de productos sanos, libre de químicos contaminantes que atentan contra la salud humana. Que, los precios de los productos agropecuarios deben cubrir los costos de producción y el respectivo margen de rentabilidad ¿Por qué un producto agropecuario debe ser barato necesariamente, aunque el precio ni siquiera cubra el costo de producción? ¿Y por qué los precios de otros productos que no provienen del campo se disparan sin tomar en cuenta los bolsillos de las personas? Que, existen mercados nacionales y extranjeros concertados de todos los productos agropecuarios. Que, todo producto agropecuario es de buena calidad sanitaria y alimenticia.