Las fiestas sociales en la Amazonía son amenizadas por conjuntos tropicales procedentes de la selva, de la costa y de la sierra. La cumbia es un género elegante, hermoso, pegajoso, alegre, quizá por eso el selvático se identifica plenamente y lo toma como suyo.
Existen conjuntos tropicales que están arraigados en las mentes y corazones de muchas generaciones: Los destellos, Los Mirlos, Sonido 2000, Grupo Néctar, Juaneco y su Combo, etc. Los nombres de éstos conjuntos ingresaron en las gentes por las grabaciones originales de sus temas: A Patricia, La danza del petrolero, Mi cariñito, El arbolito, Mujer Hilandera, etc. No es que los otros conjuntos están en rangos menores, sino, estos nombres son solo ejemplos.
De manera que la originalidad da autoridad. Crear una música (Canción) no será fácil, tampoco llegar a concretizar la grabación. Grabar será la parte final de un largo proceso de creación, arreglos, ensayos, hasta que los expertos den el visto bueno.
Por eso, escuchar cumbias distorsionadas de exquisitas baladas, de elegantes boleros, sorprende de manera negativa. En el interno del poblador está por ejemplo la balada “El Reloj”, de “Los Pasteles Verdes”, grabada hace algunas décadas, a la perfección, a gusto de toda la población; cuando de pronto, se escucha esa hermosa balada en versión cumbia ¿Cómo se puede distorsionar tan hermosa balada en otro género ajeno a su creación? ¿Qué es lo que está pasando con la creación? ¿La imaginación está en franca agonía? O la creación se encuentra en descanso, que también podría ocurrir.
Es preferible no grabar si no se cuenta con temas originales, que grabar cumbias distorsionadas de otros géneros. Así, un grueso de los pobladores seguirá valorado la originalidad, la creación, la imaginación.
En buena hora que la cumbia se ha generalizado en todo el país, quizá por eso en los últimos tiempos se han organizado nuevos y abundantes grupos tropicales. ¿Será esa la razón para que no hayan nuevas y abundantes creaciones de cumbias? Se escucha mencionar el nombre de un “genio de América” en el norte, al parecer es el autor de un gran número de temas de cumbias ¿Sólo hay genio? ¿Dónde están los demás genios? ¿Por qué no estimulamos a los creadores de canciones y músicas de cumbias, para tener una organización de éstos “genios”? Ojeando el panorama regional de manera subliminal, encontramos a muchos genios de la cumbia: Tulio Trigozo, Viterbo del Águila, Moisés Pérez, etc. Quizá con estímulos de diversas índoles, estos “genios” podrían hacer aflorar aún más sus imaginaciones creativas, que tendríamos un banco de canciones y músicas inéditas, listas para las grabaciones de los conjuntos tropicales. Esa podría ser una forma de no seguir grabando por grabar, distorsionando hermosas baladas y lindos boleros en el género cumbia, para la cual no fueron creadas; y no tendríamos cumbias distorsionadas en nuestros oídos.
Alguien dirá, como en otro caso de manera superficial, “cambia de canal”. La solución no está en cambiar de canal, sino en no distorsionar las creaciones intelectuales originarias de géneros arraigados en las culturas de las gentes, se supone por carencia de nuevas creaciones o por aprovechar el grado de popularidad del conjunto para vender más discos o tener más contratos, sin tomar en cuenta la importancia que tienen las creaciones. Tienen que haber estímulos a las creaciones y muchos frenos a las grabaciones de cumbias distorsionadas que provienen de otros géneros musicales. No solo por seguir en la popularidad y sostener jugosos contratos se seguirá haciendo de la música un sancochado, que el poblador se encuentra cada vez más aturdido: ¿Ésta música no fue un agradable huayno? ¿Por qué le distorsionaron en cumbia?