Seguramente pocos nos hemos enterado que una Señora, que puede haber sido nuestra madre, nuestra hija o hermana, ha fallecido en el trayecto de San Martín a Chiclayo, y no se ha tratado de una persona cualquiera, sino de una asegurada, mejor dicho “asegurada” entre comillas, que viajaba a Chiclayo a dializarse, es decir a limpiar su sangre que sus enfermos riñones ya no podían. Resulta que Es-Salud no cuenta en nuestra región con ningún centro para realizar las hemodiálisis tan necesarias para alargar la vida de los que años esperan un donante de riñón.
Este hecho podría pasar como una simple anécdota, o una estadística más, y hasta como pieza decorativa del paisaje social que pinta de cuerpo entero la precariedad de la salud pública en nuestro país, sino fuera porque en nuestra región, gracias a la inversión privada se cuenta con un centro para realizar hemodiálisis, y lo que es más, el MINSA tiene un convenio firmado con esta clínica, que está ubicada en el distrito de Morales, cuyos pacientes están siendo beneficiados, la pregunta que asoma más fétida que las toxinas que los debilitados pacientes con insuficiencia renal necesitan permanentemente desechar es, ¿Por qué no se firma este convenio?, ¿hasta cuándo los sufridos pacientes tienen que soportar además de los achaques propios de esta terrible enfermedad, la ineficiencia e insensibilidad de los responsables?
A nadie nos agradaría la noticia de sufrir una enfermedad como esta, menos que un familiar fallezca por falta de voluntad de afrontar este problema, sin embargo es un hecho que todos en algún momento podemos verse afectados y que lamentablemente limitará nuestras actividades diarias, e inclusive puede postrarnos en cama. De seguro que cuando estemos enfermos, nos hará mucha falta la compañía de nuestros amigos y familiares, así como la protección y atención de nuestras autoridades.
Por eso me animé a escribir estas líneas, aprovechando un importante medio de comunicación como es “VOCES”, consiente que es necesario unir nuestra voluntades y elevar las voces con el objetivo de mejorar nuestro sistema de salud pública que es un derecho elemental, tarea a la que invito a las autoridades regionales su compromiso y resolución, no pido clemencia, exijo un derecho, como dice la letra de una canción de Iván Cruz. Hay que exigir a quien corresponda en Es-Salud que se firme, de una vez por todas, el convenio que traerá a decenas de sanmartinenses al seno de su querida tierra, a evitar costos de hospedaje, alimentación y la escases de amistades, en tierras lejanas, caóticas y contaminadas como Lima, una cosa es recibir tratamiento es tu terruño, con tus coetáneos y paisanos y otras alejado de los tuyos.
Finalmente, a los que están padeciendo la penosa enfermedad de insuficiencia renal, les transmito mi entusiasmo que más temprano que tarde, encontraran solución, no se olviden que todo lo que nos ocurre en la vida tiene un propósito y hasta la enfermedad lo tiene. Hay que cuidarse mucho, descansar y alimentarse correctamente, tener mucha fe, seguir luchando, que pronto estarán de vuelta a casa; cuando esto suceda, su calvario en algo se verá disminuido. Que pronto, así sea. Esperamos que a los Riñones enfermos no se sigan sumando indiferencias que matan.