La verdad que me encantaría comentar las “obras fabulosas” que menciona el señor alcalde Carlos Philco, alcalde del distrito de Morales, que manifiesta ser una de las entidades edilicias de mayor consideración de parte del gobierno central. Situación ésta que de ser cierta, se ve mellada totalmente por la propia actitud de un burgo maestre envuelta en una serie de sin sabores que va desde el manejo de su gestión con personajes que en vez de sumar su proyección como alcalde, no solo lo restan, sino también lo comprometen por su poco o ningún cálculo de administrador de la comuna moralina.
Carlos Philco se siente como un perseguido, por las sombras y personajes de la gestión de Edilberto Pezo Carmelo, que por haber puesto ya la denuncia penal contra ciertos funcionarios de Pezo Carmelo, percibe que se siente estrangulado políticamente y amenazado contra su propia vida porque puso ya en marcha toda una estrategia de denuncia para aquellos que se hallen responsables del famoso carrusell por ejemplo, y que para una mayor garantía de investigación está pidiendo no solo la inmediata intervención de la Contraloría, sino también para una mayor rapidez viene contratando para una respectiva licitación una auditoría particular.
Porque esto no puede considerarse, según manifiesta el alcalde, como una situación de locos, que se perdió más de medio millón de soles, imposibilitándose a invertir en seguridad ciudadana.
Esto es una guerra política, según sus propias declaraciones en la conferencia de prensa que diera en el municipio la semana que pasó.
Si Carlos Philco considera que desde que empezó su gestión desde el primer día de enero de este año, al verse envuelto en una serie de denuncias provocadas y generadas por él mismo, como la famosa camioneta, la bomba de aire, el verse salpicada su gestión con la justicia en puestos bastante claves, como la señorita María Quispe que ostentaba un cargo de mucha jerarquía, hasta que la bomba se reventó contra ella, salpicando la propia gestión de Philco, que era bastante benevolente con la simpática joven. Si a todo esto el señor alcalde Philco, lo llama guerra política, ¿cuál será entonces su estrategia para una victoria política a su favor?
Se agrega a todo esto su famosa fiesta en honor a su onomástico. Si lo van a celebrar en un lugar público, ¿por qué entonces tiene que ficharse la etiqueta de privada? Con personal de Serenazgo que no tenían nada que hacer en ese lugar. Mejor se hubiesen ahorrado todo un lío desarrollando y celebrando el cumpleaños en su propia casa. Ahí sí la restricción al público no habría tenido ningún cuestionamiento, como la prohibición por ejemplo de la mamá del ex regidor Juan Rocha, que se vio más que indignada pese haber sido invitada, quedándole no más que sumergirse en una desazón y llanto doloroso.
Además los serenos reciben un sueldo pagado por el pueblo no para reguardar a personajes particulares por más que fuesen estos ostentando el cargo de alcalde o altos funcionarios del municipio. Estos señores del Serenazgo también creen que por el puesto que tienen se ven obligados a rendir pleitesía al alcalde. Ustedes son unos servidores más de la sociedad, y si están ocupando el cargo que vienen desempeñando, es por la propia valía que tienen y por su capacidad de competencia física al mismo tiempo.
Otro punto de desconsideración contra la gestión de Philco, es la reacción desesperada e inmediatista para reunirse con sus regidores, el público y la prensa respectiva para ver el caso de la vacancia contra su persona y contra la regidora, Sonia Pacheco, (pareja sentimental del alcalde).
Si el pedido de vacancia tiene la fecha del 03 de marzo a petición del ciudadano Armando Flores, considerándose desde entonces un lapso de cinco días hábiles para los efectos de descargo a desarrollarse, situación ésta que no fue respetada, pues al siguiente día cursan la invitación al peticionario y a su abogado respectivo, creándose al mismo tiempo consideraciones para una nueva solicitud de vacancia, por este mismo ilícito caso y por otros que se van agregando a esta temprana gestión que se ve ya más que estropeada y amancillada, precisamente no por una situación del azar, ni por una situación de fantasmas que el alcalde Philco ve en la gestión anterior.
Termino como empecé el primer párrafo de esta mi columna, manifestando “que me encantaría comentar las obras “fabulosas que se vienen”, que los mencionó el señor alcalde, pero que se ven empequeñecidos, ennublecidos por la tosca actitud de un político, que paulatinamente va perdiendo batalla tras batalla en esta misma guerra política que él mismo lo llama.