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viernes, abril 19, 2024

Y… ¿Qué pueden aprender las mujeres de los hombres?

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Desde hace unos días vemos el revuelo acerca de la actual Miss Universo Paulina Vega por su respuesta que – a mi entender- no resulta tan “escandalosa” (como sí lo fue la de Confucio como “un chino-japonés que inventó la confusión” (!) y otras por el estilo). El caso fue así: A la pregunta del jurado, “¿Qué pueden las mujeres aprender de los hombres?” ella respondió: “Es una pregunta muy difícil…Pienso que todavía existen hombres que creen en la igualdad y eso es lo que pienso que las mujeres deberían aprender de los hombres.”

Como dije, esta respuesta no sería tan escandalosa, sin embargo la frase “es una pregunta muy difícil” sirvió como detonador puesto que heriría el ego “masculino” dando a entender que es muy difícil encontrar algo que las mujeres puedan aprender de los hombres.

En fin, todo este suceso nos sirve una vez más para compartir algunas enseñanzas del SABER acerca de realidades más profundas que muchas veces son tomadas superficialmente. En ese sentido recuerdo varios aportes a este respecto de los Maestres Dr. Serge Raynaud de la Ferrière y Dr. David Juan Ferriz Olivares. Por ejemplo cuando señalan que: “Para Freud y para Adler, la superioridad del hombre es un dato “a priori” que no ha sido jamás puesto en duda. JUNG TRATA A LA MUJER COMO PROFUNDAMENTE DIFERENTE DEL HOMBRE PERO A IGUALDAD. El descubre en el psiquismo femenino las mismas posibilidades de evolución, pero la vía que conduce la mujer a una realización de ella misma (o INDIVIDUALIZACIÓN) es otra que aquella del hombre. Y es así que para apuntalar nuestras teorías expuestas ya desde hace tiempo en nuestros libros, tomaremos textualmente de Ania Teillard: ‘La individualización que es lo contrario de un “individualismo” egoísta comporta una reconciliación de las polaridades “masculina- femenina” así como de las polaridades “consciente- inconsciente”. Para comprender esto, es preciso explicar un punto de vista central de la psicología Jungiana: aquel de “ANIMA-ANIMUS”. Un ser humano no es solamente hombre o mujer, sino que lleva en él dos sexos…Jung acentúa el lado psicológico de la cuestión. La mujer posee elementos masculinos, que condicionan en parte su carácter, pero que son dados en un estado más inconsciente que sus componentes esencialmente femeninos. Su espíritu batallador, porfiador, su ambición, su lógica a menudo deficiente, pueden evolucionar por una toma de consciencia y ser integrados en la totalidad de su psiquismo. Esos elementos o ese complejo autónomo, son “Animus” que aparecen en los sueños bajo la forma de personajes masculinos, se transforman durante el curso de un tratamiento psíquico según el método de Jung. La mujer tiene delante de ella una tarea maravillosa de RECONSTRUCCIÓN DE LA PERSONALIDAD, que puede llegar a una armonía y a la posibilidad de un resplandor social o de una creación. Pero, punto nuevo e importante, es que el hombre se encuentra él también delante de una tarea del mismo orden, en sentido inverso: la toma de conciencia de su feminidad inconsciente, su “Anima”, es decir su emotividad, su intuición su lado no-racional, a menudo desaprobado y escondido por él y la integración de ese aspecto de sí mismo, para llegar a su plenitud. La masculinidad sin feminidad que la completa y dulcifica no producirá mas que un bruto; LA FEMINIDAD, SIN ELEMENTOS PERTENECIENTES AL DOMINIO DEL LOGOS, INTELECTO Y VOLUNTAD, NO SERÍA MÁS QUE UNA PARCELA PASIVA DE LA NATURALEZA, INCAPAZ DE OTRA ACTIVIDAD QUE LA REALIZACIÓN DE SUS FUNCIONES BIOLÓGICAS. Los dos sexos tienen un deber de orden social y creador en el mundo, pero les incumbe otra tarea interior: su REALIZACIÓN INDIVIDUAL. Se trata no solamente de una unión entre los sexos, fuente de dicha, sino de la UNIÓN INTERIOR de las polaridades fundamentales en el hombre.”

En un sentido más profundo aún (sin salir del tema) podemos decir que EL PRINCIPIO UNIVERSAL FEMENINO (simbolizado por las palabras: Materia, tierra, inmanencia, realidad, horizontalidad, orden latitudinal, plan humano, el “qué” etc.) y representado en nuestra sociedad por las MUJERES; NECESITA “APRENDER” (o mejor dicho: necesita ser receptivo) DEL PRINCIPIO UNIVERSAL MASCULINO (simbolizado por las palabras: Espíritu, cielo, trascendencia, ideal, verticalidad, orden longitudinal, plan suprahumano, el “para qué”, etc.)

Un ejemplo perfecto de la Maestría del equilibrio de las polaridades es nuestra querida Maestra V.S.A. Cont. María Nilda Cerf Arbulú quien manifiesta a plenitud el Descubrimiento de la Mujer Trascendental en su vida y sus enseñanzas ilustrando CÓMO PUEDE LA MUJER alcanzar esta excelsa realización; por ejemplo cuando enseña que: “Construir una casa, ponerle puertas y hacer las diferentes áreas, son necesidades humanas, pero no se suscribe a eso solamente la vida de un ser humano, sino con qué visión de vida, con qué conciencia el ser humano hace eso;…o si se es profesional, o si se tiene hijos, ¿con qué visión se tiene los hijos, cual es el objetivo de tener hijos, hacia dónde se va a conducir a los hijos?, o sea, es como tener que aquello que hacemos en la objetividad tenga también una razón de ser más trascendental porque si no todo se queda en un plano horizontal.”

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