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miércoles, abril 24, 2024

El respeto a las fajas marginales

La vida natural es la ideal. El bosque es el espejo de convivencia armónica entre seres vegetales y animales. ¿Por qué la actitud de rechazo al bosque verde de algunas personas? Se desbosca como si se desfogaría de una rabia aguantada.

La cadena alimenticia animal funciona como avanza el tren en el llano. Las especies vegetales tienen sus espacios y cuentan con los nutrientes suficientes para vivir y reproducirse. Existen especies que tienen como lugares de vida, que es el resultado de millones de años de evolución, las orillas de las fuentes de agua: Riachuelos, quebradas, ríos, lagunas. Estas especies son: Bubinzana, yacushimbillo, Amasisa, machete vaina, pashaco, entre otras.

Cuando el hombre se asienta en un área, de hecho que se encuentra junto a alguna fuente de agua. ¿Por qué este sujeto desbosca hasta la mismísima orilla de la fuente, sin dejar ni un solo árbol de muestra? Bueno pues, porque se cree dueño y hace lo que se le pega la gana. ¿No existe una institución del Estado que vigile ésta mala actitud? Las orillas de las fuentes de agua son del Estado, no de ninguna persona. En el Art° 26 (Ley 27308): Tierras de aptitud agropecuaria de selva, se indica con claridad que “en las tierras de aptitud agropecuaria de la selva, determinadas por el INRENA, se propicia el uso de sistemas agroforestales y forestales, como medio de proteger el suelo de los procesos de erosión y su degradación, reservándose una franja no menor de 50 metros, de los cauces de los ríos y espejos de agua y otros similares” ¿Quién hace cumplir? ¿Será necesario solicitar un adicional para que haga cumplir con este mandato? Ahí no termina el tema. El mismo artículo indica que habría que reservarse el 30 % de la masa boscosa de la parcela. A ésta área se la denomina el “bosque familiar”, necesario para la vida de la familia rural. ¿Se hace cumplir? ¿Otro adicional?

Con las crecientes de las fuentes de aguas, las orillas desprotegidas de milenarios árboles, simplemente sucumben y en grandes masas de tierra aluvial, son arrastradas por las correntadas naturales, coloreando de marrón chocolate las antiguas cristalinas aguas de los ríos. En algunos casos, por la excesiva cantidad de tierra enlodada, los peces mueren por asfixia, a cuya nefasta experiencia, los ribereños llaman “pesca natural”.

Las millones de toneladas de tierras aluviales de las orillas que son llevadas por los ríos, van a sedimentarse en las partes bajas de la Amazonía. ¿Qué pasa con las orillas devastadas de la selva alta? Son cientos y miles de hectáreas que el río se las llevó: Vacunos que pastaban en las mismas orillas.

Pastizales. Casas viviendas. Porcinos. Cacaotales. ¿Había una franja de por lo menos de cincuenta metros desde la orilla hasta la casa vivienda, del pastizal, del corral de cerdos, del cacaotal? La culpa no es del río. ¿De quién? Miremos el bosque. Allí, las especies especializadas de orillas están poblando éstas superficies respetando cada cual su espacio ¿Hay pérdidas de miles de toneladas de éstas tierras en un bosque? Simplemente no. ¿Por qué no usamos el bosque como espejo de vida en la selva? El río se lleva lo que el hombre le entrega. ¿No queremos que el río se lleve el fruto de nuestro trabajo? Entonces, no le entreguemos.

En una agricultura sostenible se respetan las fajas marginales. No solo protegen las masas de tierra que fijan los cauces y que son llevadas en las inundaciones; sino, brindan sombra a las aguas para disminuir su evaporación y para hacer mejor habitable a los peces. Ahora, las aguas de las lluvias caen y van directo a las fuentes. Estas aguas ya no se quedan en las parcelas, porque carecen de suelo con materia orgánica.

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