30.8 C
Tarapoto
viernes, abril 19, 2024

Los otros muertos

La tarde que ella se fue también fue la tarde que atentaron contra un grupo de periodistas en la Ciudad Luz, allá en Francia. Fue entonces que entendí que las desgracias no vienen solas. A mi desgracia personal se sumaba una desgracia mundial, más importante e inmensamente más significativa que la mía, pero en fin. Hay dolores que pasan inadvertidos para el resto del mundo, muertos que cargamos en las espaldas, en la memoria.

¿Hay muertes que deben dolernos más que otras muertes? Pues parece que para la prensa mundial, tantas veces miope y hasta cegatona, así fuera; pues parece que para los políticos, tan hipócritas ellos, asi fuera. En la misma semana que aconteció el atentado contra los periodistas de la revista satírica gráfica Charlie Hebdo decenas de personas murieron en Siria en manos de un gobierno protegido por EE UU, continuaron los ataques suicidas en Irak, niños inocentes murieron en Palestina en manos del ejército de una nación socia de los que se creen dueños del mundo: EE UU.

Y bastante poco se habla de ellos, de los otros muertos; de las injusticias que se comete en nombre de un sistema que ha llevado al borde del colapso a nuestro planeta, al punto que la comunidad científica internacional advierte que si hoy, en el presente inmediato, no se toman medidas drásticas para cuidar nuestra GRAN CASA llamada tierra solo contaremos con unos 40 o 50 años antes de empezar a sufrir las terribles consecuencias del egoísmo del hombre, de la indiferencia ante una realidad que ya no podemos evadir: El cambio climático, el incremento de casos de cáncer a la piel, el irrespirable smog en las grandes ciudades del mundo.

Los otros muertos también tenían voz, también tenían historia, una bandera, un pedazo de tierra a la que llamaban patria, hogar. Los otros muertos también eran queridos y querían seguramente también ellos, solo que decían sus palabras de amor con otra voz y otro sonido; sus costumbres también eran diferentes, por ejemplo a los de los periodistas franceses que murieron, pero eso ¿los hacía menos civilizados, menos hombres, menos importantes?

Una muerte siempre será una muerte dolorosa, salvo la muerte de los tiranos del mundo, de los que agarran al poder con ambas manos y ya no quieren soltarlo para seguir oprimiendo a su pueblo. La muerte de un malvado, de un enemigo del pueblo, sola esa muerte la celebro.

Artículos relacionados

Mantente Conectado

34,537FansMe gusta
265SeguidoresSeguir
1,851SeguidoresSeguir

Últimos artículos