Una nueva forma de gobernar del presidente regional Víctor Noriega, o con los mismos vicios del pasado.
Tal parece que la supuesta alianza que tiene con Nueva Amazonía, no va a poder ni siquiera ingresar a una luna de miel, que siempre se da a los nuevos gobernantes, para la reorganización del aparato estatal.
La gente de su partido, no le perdona que gente del anterior régimen de Nueva Amazonía siga ocupando puestos clave en el Proyecto Huallaga, incluso el mismo congresista Rolando Reátegui manifestó que se había votado por un cambio no por el continuismo.
Los fujimoristas, olvidan, que Noriega pasó a una segunda vuelta sólo con el 18% de los votos y para ganar la elección a Bogarín se unió con varias confluencias para llegar al poder, y aquí que no venga la gente de Fuerza Popular manifestando que “nosotros pusimos a Noriega en el GORESAM”.
Si con la militancia puede existir un divorcio, con la dirigencia no; continúa el diálogo con Rolando
Reátegui para conseguir presupuestos, pero preocupa que mantenga en sus cargos a funcionarios que fueron denunciados por irregularidades en diversos estamentos del Gobierno Regional, especialmente en el Proyecto Huallaga donde Eduardo Vásquez Contreras no puede ver en pintura a los dirigentes del fujimorismo.