No he tenido la oportunidad de conversar hasta hoy con el nuevo alcalde de Morales, Carlos Philco. Recién juramentó para un periodo de cuatro años (¿completará?), No soy de los que permanentemente se acercan a las autoridades para informar, como lo hace un reportero o cualquier periodista de un medio de comunicación.
El mío es diferente, mis artículos se alimentan de la información diaria, los trabajo no para informar inmediatamente, sino los analizo y los discriminó inferencialmente, y si es conveniente para la colectividad me alineo a esa corriente o a esa causa para estar a favor o en contra y generar las motivaciones para alcanzar los objetivos de una causa social común.
Las reacciones que va teniendo el alcalde de Morales, no corresponden al temperamento de un alcalde ni mucho menos de una autoridad, que debería ser cauta, precavida y sobre todo diplomática para hacer frente a toda circunstancia difícil o fácil; características éstas que no le acompañan al señor Carlos Philco, para responder con el temperamento de autoridad proba en el cargo, sobre casos últimos en cuanto a cargos de confianza que viene manejando, seleccionando a personas duramente cuestionadas por sus pasados como autoridades nada pulcras.
El alcalde Carlos Philco, se lava las manos además sobre este caso como Poncio Pilatos, pues afirma que ellos, es decir, su personal de confianza que va colocando en cargos delicados, sostiene, que ellos serán los que asuman su propia defensa.
Falso. Una autoridad si deposita en una persona su confianza para desempeñar un alto cargo y no duda de sus méritos ganados, y es consciente al mismo tiempo de su pasado, lógicamente tiene que defenderlo, siempre y cuando quien está defendiendo es aliado del bien común y de las buenas costumbres de la virtud, que al parecer sobre el caso de las personas en cuestionamiento de la prensa, no gozan de este bien humano.
No es necesario que pasen los cien días clásicos o de repente un poco más de tiempo, para darse una clara lectura con el tipo de personalidad que nos estamos enfrentando. (Ojo, personalidad como autoridad, no la personalidad privada común y corriente, que no me interesa, salvo que tenga una acción relevante, como que tampoco a la prensa le interesa la personalidad privada de alguien, salvo como digo, resaltar algún mérito).
¿Cree el señor alcalde Carlos Philco, que llegó al cargo de presidir el municipio moralino para pagar o reconocer favores a las amistades? Hasta cuándo la sociedad comprenderá que llegar a un cargo de alcalde o presidente regional o de cualquier otro tipo de autoridad que es producto del voto popular, entenderán que estos cargos no son la caja chica para intereses personales, si alguien piensa así mejor que ponga su propia empresa personal, y no confundir esto con una empresa colectiva como es el municipio o el gobierno regional.
Las empresas del pueblo que son los municipios y gobiernos regionales, fracasan, cuando existen cuestionamientos como la que se está conociendo con los personajes cuestionados en cargos de confianza en el gobierno local de Morales y que para mala suerte del pueblo moralino, el alcalde los avala, por más que haya manifestado que serán ellos los que se defiendan, desde el momento que los contrató ya los estaba avalando, empezando por la amistad, el profesionalismo que él dice que tienen y los años que los conoce.
Por más que justifiquemos que conocemos a tal o cual persona, y que nos liga una estrecha o antaña amistad, nadie sabe de nadie en qué líos está metido hasta que se haga público, y es cierto también que toda persona es inocente hasta que la justicia lo pruebe lo contrario. Pero si algo truena, es señal de mal tiempo, y que pronto lloverá.